López Obrador, quisiera que usted siguiera vendiendo gelatinas y votara por él; quisiera que todos siguiéramos pobres para votar por su partido
Una de las muy cuestionadas frases del presidente López Obrador dice: «Es mejor heredar a los hijos pobreza, pero no deshonra». Y es que el presidente tiene una fascinación por los pobres, le encantan los pobres, le gustan porque le sirven, son manipulables y son manipulables porque se conforman con una beca de 2 mil pesos mensuales o un apoyo de 6 mil para los jóvenes, pero sólo por un año. Por ello al presidente López Obrador le molesta que una mujer, que de niña vendía gelatinas, ahora sea una empresaria exitosa. ¡Horroroso pecado! ¡Semejante abominación! Una niña que no se conformó con lo que sacaba de las gelatinas y que quiso estudiar, y que luego formó una empresa para así salir de la pobreza ella y sus padres.