Luz María Martínez de Cuernavaca, Morelos, hace fila enfrente de las oficinas de Andrés Manuel López Obrador, ubicadas en la colonia Roma de la Ciudad de México con la esperanza de que el tabasqueño le haga un préstamo de 200 mil pesos para poder pagar sus deudas. Otros acuden para pedirle trabajo, pedirle la pavimentación de una carretera, reconstrucción de una escuela, una pensión y hasta el pago de un recibo de la luz.
De acuerdo con reporte del periódico Reforma, desde el 2 de julio, un día después de que AMLO ganara las elecciones, se reciben al menos 200 solicitudes de empleo. Hay personas que advirtieron que no se van a retirar hasta que López Obrador los reciba. Lo que se advierte en este caso es la gran expectativa que el próximo presidente de México ha originado.
Es tan grande la expectativa que muchas personas creen que López Obrador resolverá los problemas de los millones de mexicanos como por arte de magia. ¿Qué va a suceder cuando las personas se den cuenta que AMLO no tiene ninguna varita mágica y que para sacar adelante al país se requiere, más que pedir, tener la disposición de dar?
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