Lo que hizo Juan Ramón Herebia en contra del periodista y académico de la UV, Oliver Coronado Paz, es lo que muchos jefes de policía hacen en contra de ciudadanos a los que consideran incómodos; lo que hizo Juan Ramón Herebia, director de Gobernación de Orizaba es el principio de la violencia, es el germen de la muerte de muchos periodistas en Veracruz y México.
La autoridad, resguardada en el poder que les otorgamos, intimida, violenta, abusa. Saben que tienen una placa, un arma; saben que se ostentan como guardianes del orden y basta con que ellos digan que uno está alterando el orden para que, sin mediar denuncia ante el MP ni una orden de un juez, ellos te suban a un vehículo “oficial” y si quieren te desaparecen, si quieren te regresan madreado, espantado, escarmentado.
Afortunadamente Oliver Coronado Paz tuvo el valor de denunciar, de hacer pública la amenaza en contra del jefe de policías de Orizaba quien lo acusaba de andar vigilando, sólo porque el periodista tomaba fotos cerca de su negocio un gimnasio refundido, que ni siquiera da puerta calle.
Juan Ramón Herebia amenazó de muerte y se sintió dios por un segundo al otorgarle el “perdón” al periodista; pero colgándole la “espada de Damocles”, para que se anduviera con cuidado.
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