Se le reconoce la diligencia de la acuciosa investigación que realizó el portal hermano Gobernantes.com sobre las propiedades que adquirió la rectora Sara Ladrón de Guevara. Lo hemos repetido hasta el cansancio, en el país las cosas no están para el dispendio, aunque es cierto que cada quien se puede gastar su propio dinero en lo que venga su regalada gana. Pero resulta muy sospechoso que la máxima funcionaria universitaria, que por cierto presume de austeridad, pueda adquirir una propiedad con el valor de 12 millones de pesos, pagada al chaz-chaz.
La humilde casa y terreno se encuentran en la calle Corregidora de esta ciudad de Xalapa, con superficie remanente de tres mil 547 metros 35 centímetros cuadrados, a un precio de 12 millones de pesos. Cómo ve usted, tal parece que esta funcionaria se quedó acostumbrada a las mañas, perdón, costumbres de los duartistas. Lo curioso, y eso lo recalca muy bien el memorándum de Gobernantes, de que en los «primeros cuatro años de su rectorado, Sara Ladrón de Guevara habría ingresado la cantidad de 9 millones 376 mil 704 pesos, cifra que, incluso sin gastar un solo peso, no le alcanza para cubrir los 12 millones de pesos de la propiedad adquirida».
Aunque ya sabemos que los funcionarios veracruzanos, como son un pan de Dios, son bendecidos casi siempre con herencias. Además, la autonomía de la universidad viene siendo como un fuero, para que los rectores hagan de las suyas con el presupuesto. No sería mala idea que el Congreso local pregunte qué se está haciendo con los recursos de la maltrecha Universidad Veracruzana.
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