Vaya brete en el que se metió el regidor de Piedras Negras, Coahuila, quien lanzara acusaciones muy serias en contra de la alcaldesa de ese municipio, Sonia Villarreal. El regidor hizo señalamientos en los que aseguraba que la alcaldesa y su familia tenían nexos con las bandas de narcotraficantes.
Ya entrado en los dimes y diretes, el regidor dijo: «Deseo que la alcaldesa Sonia Villarreal Pérez (PRI) y las regidoras sean golpeadas y violadas, para que sientan lo que han sufrido otras mujeres». La respuesta por parte de las mujeres no se hizo esperar y de inmediato una diputada del PRI, Flor Estela Rentería, exigió que se castigue al regidor por sus dichos misóginos.
Lo único que logró el regidor, si es que acaso tiene razón sobre los vínculos de la alcaldesa con el crimen organizado, fue desviar la atención hacia él mismo. Ahora no piden que investiguen a la alcaldesa, piden que se actúe en su contra por misógino; por misógino no, por estúpido.
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