Marilda… la cocina puede esperar

Una joven Marilda Rodríguez junto al reportero Salvador Muñoz FOTO: LOS POLÍTICOS VERACRUZ
- en Opinión

Salvador Muñoz / Hasta hace algunos años, cuando salía a donde fuera, sus hijos le suplicaban: “Mami, no saludes… haz como que no los ves”. Y es que transitar por las calles de Alto Lucero, Vega de Alatorre o la misma Xalapa significaba para ellos un alto en su camino porque su madre tenía que saludar y platicar con quien la reconocía. Por supuesto, armándose de paciencia, trataba de hacer entender a Félix y Doris que ello implicaba parte de su trabajo. Hoy, con 15 y 18 años de edad respectivamente, ya entienden ese papel en su madre, más cuando ahora, en breve, inicie actividades como candidata a diputada federal del PRI por el distrito 8, Xalapa rural… lo que sí no conciben es que “no le guste” cocinar.

II

Marilda Rodríguez Aguirre se acomoda en la silla, hurga en su bolso con detenimiento, y saca una foto que expone a mis ojos… ahí aparecemos los dos, quizás en el Museo de Antropología, cuando yo reporteaba y ella era alcaldesa, hace 16 años. Le digo que conozco a la política pero no a Marilda, a tal grado que no sé si tenga hijos y no recuerdo haberla visto embarazada. Lo confiesa: en su primer embarazo se refugió en el rancho Los Atlixcos, porque dice que engordó mucho, aunque en el segundo, que fue durante su labor como alcaldesa de Vega de Alatorre, quizás por el ajetreo propio del ayuntamiento, casi no se le notaba, a tal grado que Félix Manuel fue prematuro.

III

Reconoce que hubo ciertas diferencias cuando Manolo Domínguez, su esposo, decide participar en la política y todo porque sabía que iba a perder a su compañero de carrera, porque a donde quiera que fuera, él siempre estaba con ella, pero tras platicar y ver el convencimiento de él en esa etapa, lo apoyó en su primer encuentro con las urnas… ¡y perdió! Iba como Síndico por Alto Lucero. Mas eso no lo amilanó, ¡al contrario! Al siguiente proceso, vuelve a participar ¡y gana!

Pero si de choques se trata, ni hablar de Marycruz, su hermana, quien estando como directora del DIF municipal de Alto Lucero, acompañando a su cuñado, decide participar por la alcaldía de Vega de Alatorre ¡por el PAN! ¡Hasta su propia madre, priísta de hueso colorado, exclamaba: “¿Y ahora qué hacemos?

Al final, acordaron que contaría con su apoyo (imagino que moral), y si ya lo había decidido, pues que viviera la experiencia… ahora, tras los resultados conocidos, sólo queda la excelente relación entre hermanas y el recuerdo.

IV

¿Cómo viven sus hijos el hecho de tener una madre y un padre priístas? Parece que Félix es el que se involucra más porque ya le cuenta que tiene un amigo que ya es candidato a regidor a sus 18 años y parece que se va a involucrar más. Y si a ello le agrega que un día, mientras esperaban a Pepe Yunes Zorrilla, alguien vio a Félix y lo llamó y no sólo eso, ¡se lo llevó! Marilda busca en su celular y me muestra un video donde aparecen dos muchachas, el candidato y Félix en un promocional donde los chavos le preguntaron lo que quisieron al peroteño. Después de que salió el promocional, de inmediato Félix subió el video a su “feis” y puso: “Con el próximo gobernador!! #PP2018”.

Además, Marilda les pide que valoren al partido que le ha dado la oportunidad de servir y del cual deben sentir orgullo.

V

Sábados y domingos son de ir al cine, salir a comer y lo más importante: ¡ir a misa! Me meto entre las patas del caballo cuando le digo que yo no voy. No importan mis motivos, ella me dice que hay que ir al templo a agradecer a Dios porque además, es una forma de reconfortar el espíritu e integrar a la familia.

¿Cine? Si bien a ella le gustan las comedias (aunque su favorita es “Titanic”), por lo regular acaba viendo las que escogen su hijo o su esposo: ¡de acción! ¿Doris? ¡Ella prefiere irse con sus amigas!

Por cierto, Doris entró a un curso de cocina.

–¿Cocinas?– le pregunto y sin empacho me dice que no… ¿Por qué? Dice que desde joven ha trabajado y cuando nació Félix, conoció a Conchita, una mujer que no sólo cocina riquísimo, sino que es parte esencial de su familia y lo dice sin reparos: “es la segunda madre de Félix”, tanto así, que cuando salió de la secundaria, su hijo tuvo una invitada especial en su fiesta de graduación: Conchita.

Dice que cuando salió del Instituto Veracruzano de Desarrollo Municipal y tras participar en algunas actividades políticas posteriores, su esposo Manolo le dijo: “Ya quiero que cocines” y sí, le entró a la cocina con Conchita, pero entonces, la invitaron a contender por la candidatura a diputada federal por su partido… y la cocina por lo mientras, puede esperar.

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