Todavía falta mucho que decir sobre el tema del acoso, tema que ha despertado toda una cacería de brujas en los Estados Unidos, una sociedad que aparenta mucha liberalidad, pero que tiene alma de puritanismo. Esta vez la que levantó la voz fue el símbolo sexual de los sesentas, la actriz Brigitte Bardot, quien ha mostrado su desacuerdo por esa ola de denuncias por abuso sexual. La actriz señala que muchas de esas denuncias son «hipócritas y ridículas», pues a su parecer y con sobrada razón señala que «hay muchas actrices que van provocando a los productores para conseguir un papel. Después, para que se hable de ellas, dicen que sufrieron acoso».
De esa parte del tema, el ofrecimiento que hacen algunas actrices (hablando sobre el ámbito del cine) de su cuerpo para obtener papeles importantes en una producción fílmica se ha hablado muy poco. En Veracruz, durante el gobierno de Javier Duarte y de Fidel Herrera se dio un asunto similar. Muchas mujeres que incursionaron en la política, las llamadas Reinis o Barbies, obtenían puestos de relevancia en la administración pública presumiendo sus acostones con algún funcionario público de primer rango, incluso con el gobernador.
Había quienes de plano hablaban entre amigos de la intimidad que gozaban con Javier Duarte con el propósito de que se corriera la voz para así tener pase abierto en todas las dependencias.
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