No es cosa de risa ni motivo de bromas el hecho de que Jaime Téllez Marié haya sufrido un preinfarto durante el informe de Miguel Ángel Yunes Márquez. Afortunadamente fue atendido de inmediato y esperemos que no haya consecuencias graves; se le desea una pronta recuperación. ¿Qué podemos sacar de este hecho? Que la delincuencia que acomete a Veracruz puede poner en estado de mucho estrés al encargado de la seguridad en el estado.
Pero también podemos inferir que el secretario de Seguridad Pública trae en la cabeza la preocupación de lo que sucede en este rubro. Lamentable sería que el secretario ni siquiera se preocupara, que se le resbalaran las cosas, que le importara muy poco lo que sucede en el estado. Acciones para combatir la delincuencia se están llevando a cabo; quienes digan que no se está haciendo nada sólo utilizan una hipérbole contraria que pretende minimizar el esfuerzo que se hace.
¡Qué se necesita hacer más! Eso nadie lo niega, porque la delincuencia, no sólo en Veracruz sino en todo el país, es uno de los flagelos que están azotando a la sociedad. En el pasado se hizo muy poco para evitar que la delincuencia creciera. Sólo se hablaba del combate, pero no de la prevención; ahora tenemos que vivir con la consecuencia de esa omisión.
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