Vaya caso. Un sujeto se sienta en una mesa de un café, invita los desayunos y ya es digno de ser escuchado y tomado en cuenta. Y es que un día Guillermo Fernández Sánchez es especialista en feminicidios y condena los asesinatos de mujeres en el estado, otro día es experto en seguridad y afirma que el gobierno de Yunes Linares está rebasado, y otro día de café se acuerda que es ingeniero especialista en energía y sale a decir que el gasoducto que pasará por Xalapa ocasionará cientos de pérdidas humanas.
Vaya con estos aprendices de todo y maestros de nada. Se parecen a Guillermo Trujillo, el pseudo líder de los evangelistas, a quien le quitamos las ganas de opinar cuando descubrimos que Fidel y Duarte le dieron placas de taxi a él y a su familia. Ese señor opinaba de todo cuando se sentaba en un café, desde el clima hasta la cura para los sabañones.
Lo mismo sucedía con Manuel Huerta, quien parece ser ya se curó de su diarrea verbal. Ahora viene este sujeto que dice ser Coordinador de la Casa de Gestión del diputado federal Cuitláhuac García. Por supuesto, lo único que quieren hacer es ruido, mucho ruido para disimular su inoperancia.
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