Cabalgata con Tío Fide y Karime

En cabalgata, Pancho Colorado, Fidel Herrera y al fondo Hector Yunes FOTO: WEB
- en Opinión

Salvador Muñoz / Mi caballo favorito era Tornado, sí, el que montaba el Zorro; este corcel negro superaba por mucho a Silver, el del Llanero Solitario, así como a Pinto, el de Aguila Solitaria. Eran los cuacos de mi niñez. Después recuerdo al Moro de Cumpas, una película de Antonio Aguilar, aunque no hay dolor más grande que el corrido del Caballo Blanco, de José Alfredo Jiménez o el sacrificio del Caballo Prieto Azabache, que “ni voz de mando esperaste / te abalanzaste contra el pelotón / con tres balazos de mauser / corriste Azabache / salvando mi vida”.

Alrededor de estos hermosos animales, se entretejen por lo regular las historias más fascinantes, principalmente de aventuras, batallas y victorias.

Citar a Bucéfalo, el de Alejandro Magno; o para no irnos tan lejos, Siete Leguas, el de Pancho Villa, además de los ya mencionados, es sólo una pequeña parte de lo tanto que pudiéramos contar sobre lo que implica esta cabalgata por la historia…

Algo tienen los caballos que fascinan… no sólo a los pobres mortales como yo… también a nuestros políticos.

Quizás a muchos no les diga nada el nombre de “Cascabel”, pero sí a los amigos que nos ven  en Juan Rodríguez Clara y toda esa bella región. El último recuerdo que se tiene de “Cascabel”, un hermoso caballo blanco, es su paso lento, triste, acompañando al cortejo que daría cristiana sepultura a su dueño, Gregorio Barradas, quien había sido asesinado. “Cascabel” es el mejor recuerdo que se tiene de este panista, porque de su viuda, Xóchilt Tress, es amarga la memoria.

También hay chistes políticos de cuacos: Nadie recuerda el nombre del caballo que le cayó encima a Ricardo Landa, entonces subsecretario de Gobierno… pero dicen que esa caída fue el Karma, porque antes, Ricardo Landa le había caído encima a “una Paloma”.

¡Quién no recuerda a ese noble bruto que vino desde Las Choapas! Sí, de seguro se acuerdan de Renato Tronco Gómez… ¡él no es el noble bruto!, me refiero a su caballo “Tentación”, con el que llegó al edificio del Congreso local cuando rindió protesta como diputado… ¡Renato!, no el caballo.

Por cierto, según palabras del mismo Renato Tronco en una entrevista, el entonces gobernador Fidel Herrera Beltrán le regaló un cuaco valuado en casi millón de pesos bajo el pretexto de que el mandatario recibía muchos regalos de ese tipo.

¿Regalos de ese tipo? El comentario ni vendría al caso de no ser por un detalle curioso: parafraseando la canción, diría: “por la lejana montaña, van cabalgando dos jinetes…” Digo esto después de ver una foto en la internet donde aparece Pancho Colorado y a su lado, el entonces gobernador Fidel Herrera Beltrán.

Sólo para estar al tanto: Pancho Colorado es un empresario veracruzano que hizo grandes negocios en el Gobierno de Fidel Herrera, pero que purga condena en Estados Unidos al ser acusado de “lavar dinero” para el narco a través de la compra de ¡caballos de carreras!

Total que las bellas historias de caballos las vino a aderezar Karime Macías, esposa de Javier Duarte, cuando nos enteramos que se habla de un posible desvío millonario de recursos para que la señora pudiera tener, además de una buena cantidad de caballos finos, un club hípico donde pudiera practicar su segundo deporte favorito, como es la equitación…

Sí, dije que la equitación es su segundo deporte favorito, porque a como van las investigaciones de la fiscalía, todo indica que su primer deporte favorito ¡es el jineteo de los recursos de los veracruzanos!

Es claro que con Javier Duarte y Karime Macías, la corrupción cabalgó en caballo de hacienda por Veracruz.

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