La Universidad Veracruzana no se harta de su mediocridad

Xalapa, Ver.- La rectora de la Universidad Veracruzana Sara Ladron de Guevara FOTO: MIGUEL ANGEL CARMONA/FOTOVER
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Armando Ortiz / Señalan las Sagradas Escrituras que “hay tres cosas que no se hartan, cuatro que no han dicho: “¡Basta!”: el Seol y una matriz restringida, una tierra que no ha sido satisfecha con agua, y el fuego que no ha dicho: “¡Basta!”. En Veracruz habría que añadir a la Universidad Veracruzana, una institución que ha sido tomada, como la casa del cuento de Cortázar, de manera subrepticia por un grupo de pseudoacadémicos que piensan están haciendo historia en la educación de Veracruz. Una institución tomada por un grupo de cómodos académicos que se reparten el pastel de un presupuesto que nunca alcanza, que nunca sobra, que nunca basta. La Universidad Veracruzana no se harta de su mediocridad, y no lo dice un periodista, lo dicen los resultados de la misma institución que desde los tiempos de Víctor Arredondo sólo se ha convertido en el botín de unos cuantos. Ahora, la cuestionada Junta de Gobierno continua por el mismo camino que sus antecesores. No le han importado los reclamos de la comunidad universitaria, no le ha importado la realidad que se vive en la UV, la Junta de Gobierno sólo responde al estímulo de su apetito, sólo quiere dar respuesta a sus vísceras que no se hartan, a sus vísceras que se alimentan de mediocridad. Es por ello que en el espasmo de su mezquindad han decidido dar otros cuatro años a Sara Ladrón, cuatro años en los que la UV se mantendrá en el limbo; pero no hay que alarmarse tanto, quizá ese es el lugar al que pertenece.

¿Quién se pelea por un egresado de la UV?

¿Sabía usted que, a la carrera de Economía en el Instituto Tecnológico Autónomo de México, ITAM, sólo entran 350 pero se gradúan 150? ¿Sabía usted que esos 150 egresados reciben cada año 800 ofertas de empleo? ¿Sabía usted que los egresados de la Ibero en Puebla tienen su propia bolsa de trabajo, en la que participan 88 empresas entre las que destacan las corporaciones más importantes de nuestro país? ¿Sabía usted que a 3 meses de su graduación el 22% de los egresados del TEC. de Monterrey son socios de alguna empresa o están incubando su propia empresa? ¿Sabía usted que a 5 años de su graduación el 30% de los egresados del Tec. de Monterrey ya ocupan un puesto directivo? ¿Sabía usted que, según una encuesta del Times Higher Education (THE), la UNAM es la universidad con los egresados más codiciados por las empresas? En cambio, en México, ¿quién se pelea por un egresado de la Universidad Veracruzana? Esta es nuestra realidad, una realidad que lastima; una realidad que el cretinismo de la Junta de Gobierno no quiso cambiar. Una realidad que vamos a seguir viviendo otros cuatro años más y si se sigue optando porque un grupo de ilustres desconocidos siga decidiendo por toda la comunidad universitaria, es una realidad que se postergará hasta el infinito.

Peña Nieto, la culpa de la inseguridad es de los estados y municipios

Desde hace mucho tiempo los estados le echan la culpa al gobierno federal por la falta de apoyo en cuestiones de combate a la delincuencia y seguridad, pero el día de hoy el presidente Peña Nieto ha dicho que la culpa de los altos índices de la delincuencia en México es de los estados y municipios. Ya que estos “no cuentan con cuerpos policiacos suficientemente sólidos y confiables, y en el caso de los municipios, muchos ni siquiera han desarrollado sus propias corporaciones”; sóbense gobernadores y presidentes municipales. La verdad es que desde hace mucho tiempo el gobierno de la república se olvidó de los municipios, se olvidó de sus habitantes, particularmente de sus jóvenes. Desde hace algunos sexenios los jóvenes sin alternativas son el semillero de las bandas de delincuentes en este país, y esto no es culpa sólo de los estados y municipios, es culpa de las fallidas políticas sociales de un país que sigue privilegiando a los ricos por sobre los pobres.

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