Javier Duarte, los habitantes de la CDMX salieron a mentarle su madre

Y a su paso por las avenidas de la Ciudad de México, en su recorrido del aeropuerto al Reclusorio Norte, hubo personas, habitantes de la capital del país, que al enterarse que en el convoy viajaba Javier Duarte, salieron a mentarle la madre ya sea de manera verbal, con señales del brazo, pero sobre todo con silbidos. El repudio al exgobernador de Veracruz, emblema de la corrupción en México, es generalizado; no sólo los veracruzanos lo detestamos.

El Gobierno Federal no puede cerrar los ojos a ese repudio; el Gobierno Federal debe entender que, si por maniobras escabrosas o legaloides Javier Duarte llegara a quedar libre, entonces todo México se lo reclamará al ya de por sí defenestrado Enrique Peña Nieto. Duarte debe de ser la piedra de toque de esta administración en contra de la corrupción.

En adelante, los gobernadores de los estados deberán pensar dos veces antes de tomar dinero del erario público, porque podrían correr la misma suerte que Javier Duarte; Duarte debería ser un ejemplo amonestador de justicia, más que un ejemplo de la impunidad que impera en este sistema.

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