Los troles, hijos de la maledicencia; el antídoto es ignorarlos

Troles en las redes sociales, uno de los oficios más denigrantes que puede existir FOTO: WEB

¿Se puede encontrar algún oficio más indigno que el de un trol? Sujetos que se escudan en el cobarde anonimato con el propósito de lanzar cualquier insulto, réplica o reclamo falso. ¿Quiénes están atrás de esos perfiles? ¿Licenciados en Comunicación frustrados, analistas que dejaron su carrera trunca, egresados de Letras que nunca encontraron su camino, profesionistas mediocres que nunca lograron colocarse en un trabajo estable?

¿Qué impulso a esta clase de jóvenes a ser hijos de la maledicencia? ¿Desde dónde actúan? ¿Quién les paga? ¿Les gusta el estilo de vida que tienen, ahí, en los sótanos de la vergüenza, en las mazmorras de la imbecilidad? Los troles se han convertido en un ejército que quiere inclinar la balanza a favor de un gobierno corrupto.

Su fuerza radica en su capacidad para provocar, para originar respuesta. Entre más se discuta con ellos, más se fortalecen. El antídoto contra un trol es ignorarlo. Pero las redes sociales están llenan de reaccionarios, y ante sus provocaciones, muchos reaccionan. Eso les sigue dando vida.

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