¿Por qué estar con los maestros? Porque como Chéjov, también creemos que el maestro debería de ser un artista, debería de ser «el primer hombre de la aldea, que supiera responder a todas las preguntas del campesino, que los campesinos reconocieran en él una fuerza digna de atención y respeto, que nadie se atreviera a gritarle… a humillarlo, como lo hacen todos».
Sigan pues en su lucha maestros, no se detengan hasta lograr el triunfo; y aquellos que todavía no se deciden porque tienen miedo de sus líderes, sepan que ellos se han enriquecido con sus cuotas, por eso dan fastuosas fiestas en sus ranchos de Misantla y generosamente han otorgado dobles plazas a sus esposas y a sus amantes, y a sus hijos y los hijos de sus amantes. Si ustedes no luchan esos líderes seguirán engordando gracias a su sumisión.
Como Anton Chéjov entiendo que «sin una formación amplia del pueblo el estado se desmoronará como una casa levantada con ladrillos mal cocidos». Pobre de este país que con sus reformas quiere encontrar ese lamentable destino. Por la educación de nuestros hijos, por eso estamos con los maestros.
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