Arturo Reyes Isidoro / ¡Chin! Por lo menos por lo que hace a los candidatos a presidentes municipales del PAN, el panorama económico no es nada alentador para los medios tradicionales, lo mismo escritos –impresos y digitales– que radiofónicos y televisivos.
Con los candidatos del PRI, que siempre fueron la mayoría y que en su mayoría ganaban las elecciones, aunque fuera con trampas, hasta relativamente no hace mucho cada campaña significaba una muy buena fuente de ingresos por los convenios publicitarios que pactaban para promover la imagen de los abanderados del tricolor.
Pero, ¡ay!, el PRI estatal vive su peor momento y no sólo no tiene dinero porque se acabó su fuente de ingresos que era el Gobierno del Estado sino que ni siquiera puede acabar de cubrir su lista de candidatos como es el caso concreto de la ciudad de Veracruz.
En el actual proceso electoral, Morena y el PAN se repartirán la mayoría de las alcaldías, de acuerdo a todas las encuestas que se han levantado, según me han platicado (lector, a partir de ahora siempre diré esto: “según me han platicado” y no volveré a usar la palabra encuesta porque tengo encima al OPLE; así que ya queda entendido entre nosotros, pero que no se enteren los del OPLE, ssshhht).
Morena no acostumbra contratar publicidad alguna e incluso sus candidatos no se promueven tampoco aun cuando pudieran tener con qué. En Xalapa, Cuitláhuac García Jiménez hizo su campaña como candidato a diputado federal en 2015 con sólo 20 mil pesos, cuando Morena no tenía la fuerza que hoy posee, ¡y ganó! (las campañas del PRI costaban por lo menos 30 millones de pesos, y creo que me estoy quedando corto; no sé cuánto piense gastar o invertir Alejandro Montano esta vez).
Así que el único cliente potencial que quedaba era el PAN, pero en la Semana de Capacitación para Candidatos y Coordinadores 2017 que concluye mañana viernes en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río hubo una recomendación especial a los aspirantes blanquiazules: olvidénse de los medios tradicionales.
Los estrategas que bajaron del altiplano, verdaderos expertos en marketing político, en abusos de encuestas, estrategias de medios y vocería, construcción de mensajes de campaña y estrategias de redes sociales, les recordaron a los aspirantes que los medios de comunicación masivos tradicionales ya cuentan con pautas del INE destinadas a cubrir las cuotas de partidos, además de que los costos son altos.
Les recordaron también que los electores cada día leen menos y que en cambio se informan cada vez más a través de teléfonos celulares (voz e imagen) por lo que les recomendaron echar manos de las redes sociales, que además están menos controladas, eso sí, les dijeron que lo hicieran “de manera estructurada, ingeniosa, concreta, con estrategia y asesorados por expertos y no sólo por el sobrino que sabe algo de computación o edita videos”.
Complementariamente, miembros del CDE del PAN les recordaron que cuando fueron a solicitar su registro les advirtieron que no había dinero y les preguntaron si estaban dispuestos a sufragar sus propias campañas y que todos dijeron que sí. Pues no hay dinero, les repitieron.
Ni los grandes se salvan
Con 38 años publicando en diversos medios, el pasado 30 de marzo Adriana Malvido se despidió del diario Milenio.
Su columna “Cambio y Fuera” de ese día la tituló así: “Gracias y adiós a ‘Milenio’”.
La causa por la que se fue de ese periódico se debió a que, comentó, el 8 de marzo el director del diario le pidió su comprensión “porque el pago se reduciría sustancialmente a partir de ahora”.
Dijo que el director le argumentó que todos los medios, en México y en el mundo, están realizando ajustes para hacer frente a una crisis económica que tiene que ver con la transición de la vida hacia el entorno digital.
El hecho le dio pie a Adriana para proponer que se reflexione “si en tiempos tan duros para el periodismo, cuando más de 100 colegas han sido asesinados desde el año 2000; cuando muchos reporteros, como Miroslava Breach, se juegan la vida todos los días para que estemos informados, cuando la verdad se debate con la ficción y necesitamos alimentar la credibilidad, el camino para salvar a los medios sea el empobrecimiento del gremio”.
Su conclusión fue: “Lejos de eso, creo que la revaloración del periodismo profesional es urgente. Y que necesitamos más creatividad para reinventarnos hacia el futuro con dignidad”.
La entiendo, pero qué hacer, aparte de reinventarnos y apelar a la creatividad, cuando muchas veces el periodista en lo único que piensa es cómo conseguir recursos para que pueda comer su familia.
Recuperé su caso porque los medios en Veracruz no están muy distantes de la situación que vive Milenio y, según me han comentado compañeros corresponsales, también otros impresos de la Ciudad de México, de la que fue considerada “la gran prensa nacional”.
Más bien dicho, en el Estado las cosas para la prensa escrita –aunque tampoco se salvan algunos medios digitales– en lo económico están peor.
A la crisis por la suspensión de pagos que decretó el gobierno de Javier Duarte de Ochoa en el último año de su gobierno y la decisión de la nueva administración de no destinar un solo peso para los medios, se suma la transición de los lectores hacia los medios digitales.
Adriana Malvido da la clave: si el periodista tradicional (los jóvenes egresan de sus escuelas ya revolucionados) no se reinventa, si no es creativo y no se profesionaliza, opino yo que pronto no tendrá nada que hacer en el nuevo escenario salvo, tal vez, medio sobrevivir.
Creo que todos los periodistas estamos luchando para no quedarnos rezagados, al menos quienes queremos permanecer en el mercado competitivo. En Veracruz, cuánto daño hicieron los dos últimos gobernantes que despilfarraron miles de millones de pesos en promover su imagen personal en lugar de las verdaderas acciones de gobierno, porque casi mataron el espíritu del periodismo independiente, plural, de servicio al lector.
A cambio de cuantiosos pagos lograron casi un total control de los medios, que tampoco opusieron alguna resistencia, de ahí que gran parte del periodismo veracruzano, con sus honrosas excepciones, se redujo a ser sólo un reproductor de boletines oficiales de prensa, haciendo a un lado su independencia, su apego a la verdad, su función crítica, su calidad informativa para mantener sus lectores o atraer otros más, y casi desapareció los géneros, aquellos con los que los hoy viejos periodistas nos regodeábamos compitiendo tratando de hacer la mejor entrevista exclusiva, o el mejor reportaje, o la mejor nota de color, o la mejor nota de investigación, etcétera.
Todos esos medios que aceptaron las reglas del juego hoy pagan las consecuencias, además porque no formaron a nuevos periodistas que los ayudaran a hacer un periodismo a la altura de lo que hoy demanda la sociedad y que fuera capaz de competir, con investigación y verificación de fuentes, con la instantaneidad y la superficialidad de la información de las redes sociales; por lo mismo, tampoco formaron nuevos lectores.
Al fenómeno ha contribuido también la baja en el nivel de enseñanza en las escuelas de periodismo o de comunicación, lo que a diario se palpa en muchos de sus egresados que ni siquiera saben redactar una nota informativa decente, un boletín de prensa, y que dejan mucho que desear en el uso de un correcto lenguaje.
Soy de los que piensa –y celebro lo que pasa porque vengo del viejo periodismo que tenía estándares más profesionales– que en lugar de dañar cerrando el presupuesto oficial a los medios, el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, con su actitud (porque sea su convicción, u obligado por la falta de recursos) ha abierto un nuevo escenario para retomar aquél periodismo de antaño, alejado y ajeno al del boletín oficial, que responda más a los intereses de la sociedad, de sus lectores, todo encuadrado, claro está, en el nuevo escenario digital.
En lugar de cerrarse hoy las oportunidades porque ya no hay recursos del presupuesto oficial, al contrario, se abren todas. Al no haber compromiso se puede investigar y decir todo, se puede hacer crítica, se puede disentir, se puede cuestionar, se puede denunciar y para ello siguen teniendo vigencia los géneros tradicionales, ahora con las ventajas que ofrecen las ventanas digitales, instantáneas. Yo, que soy migrante del periodismo analógico al digital, que me actualizo lo más que puedo en el manejo de las herramientas periodísticas digitales (en lugar de andar criticando o combatiendo a mis propios compañeros), sé que el nuevo mundo de oportunidades para la prensa en Veracruz está abierto.
Acompañaron a Elizabeth
Nutrida concurrencia ayer en la rendición de protesta de Elizabeth Morales García como nueva delegada del ISSSTE. Asistieron los delegados: de Gobernación, Ángel Isaac Ochoa Pérez; del Conafe, Francisco Herrera Jiménez; del Inapam, Nayeli Vera Brizuela; de la Secretaría de Economía, Gilda Aurora Trujillo González; del INSUS (Instituto Nacional del Suelo Sustentable), Hiram Emmanuel Jerezano Pensado; de la SCT, Miguel Ángel Vega Vargas; del Infonavit, José Manuel Treviño López; de la Reforma Agraria, Gilberto Ramos Sánchez; de la Procuraduría Agraria, Jorge López Negrete; y el del Fifonafe (Fideicomiso Fondo Nacional de Fomento Ejidal), Librado Sirenio Arriaga Galván. También, los diputados locales, Luisa Ángela Soto Maldonado, Secretaría General de la FSTSE en el Estado, y Juan Nicolás Callejas Roldán. Otros, el exencargado de la Delegación, Arturo Gutiérrez Góngora, Carlos Brito Gómez, Hilder Lara, de la Asociación de Hoteles y Moteles de Xalapa, Consuelo Thomas, Michel Servín, Leonor de la Miyar, Noel Miranda, sus padres Eloína y Eligio Morales, y un largo etcétera. Elizabeth es la primera delegada mujer que ocupa el cargo en el Estado.
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