Armando Ortiz / Hace tres años, cuando Américo Zúñiga estaba por ser alcalde de la ciudad de Xalapa, le pedí a mi amigo Uriel Rosas que me recomendara con él para estar en la coordinación de publicaciones de municipio. Mi amigo Uriel lo comentó con el profesor Guillermo Zúñiga quien le dijo que él no estaba interviniendo para nada en las decisiones de su hijo. Sin embargo, el profesor, que ha sido siempre un gran promotor del libro y la lectura, le dijo que me jalara a la Universidad Popular Autónoma de Veracruz para iniciar el proyecto editorial de esta institución.
El proyecto editorial de la UPAV inició con dos personas, mi amigo de la universidad Óscar Torres y un servidor. Por supuesto iniciar el proyecto editorial de cualquier institución requiere tener muy claros sus objetivos y sus alcances. Después de dialogar con el profesor Zúñiga, este me dio plena libertad para desarrollar las colecciones que se requirieran, así como concertar con algunos autores que pudieran entregarnos alguna obra.
Empezamos por definir el tamaño de nuestros libros, la caja, el tipo de letra y demás paratextos que debe llevar un libro: Cuarta de forro, solapas, tipo de portada, sellos editoriales, sellos oficiales. Así las colecciones empezaron a surgir. Colección Premios Nacionales para autores que hubiesen obtenido algún reconocimiento anticipado por su trabajo. Dentro de esa colección había un sello para poesía (caída libre) y un sello para narrativa (Tierra firme). La siguiente colección fue Testimonios, para trabajo periodístico o de crónica. Creamos también la colección La Nueva Pedagogía Social donde colaborarían autores con obra didáctica o de investigación.
A pesar de ser sólo dos los que iniciamos este proyecto contamos con el apoyo en diseño de Ángel Ruiz, con quien trabajamos algunas portadas. Para desarrollar este trabajo debíamos ser creativos. En algún momento nos encontramos con el dilema de la portada del libro La selva afuera de Estrella del Valle. La portada ideal para el libro era el cuadro “Morning sun” de Edward Hooper, pero la obra estaba protegida por derechos de autor y no la podíamos usar arbitrariamente. Pero sui podíamos hacer un fotograma imitando la postura de la mujer en esa obra, utilizando a la autora. Así que mandamos la imagen del cuadro a Estrella del Valle quien nos remitió una serie de fotos en la posición requerida y al final obtuvimos una de nuestras portadas más bellas.
En otra ocasión mi amiga Virginia Durán, quien ya venía trabajando su libro de entrevistas me mostró un dummie de su portada con todo y título. “Palabras” era el título de su libro a lo que le sugerí que no me parecía adecuado ese título para su libro. “No se le puede poner a un libro como título ‘Palabrasi”, porque todos los libros tienen palabras, entonces todos los libros deberían titularse así”. Ella me dijo que su libro era de semblanzas. Ya había leído algunas de esas semblanzas por lo que le propuse que el libro debería llamarse Retrato hablado, porque finalmente eso es lo que es una semblanza. En otra ocasión me mostraron la portada del libro de caricaturas de Chespirito. Ya estaba todo listo para que se mandara a la imprenta, pero el nombre no me pareció adecuado: “Homenaje a Roberto Gómez Bolaños, “Chespirito”. Les dije que el libro no se podía llamar así. Estaban a horas de mandarlo a imprenta, pero les dije que esperaran. De inmediato me vino a la cabeza una de las frases del maestro Gómez Bolaños, “No contaban con mi astucia”. De modo que propuse que el libro se titulara No contaban con mi astucia; homenaje a Chespirito.
Estas anécdotas vienen al caso porque en este 2017 el proyecto editorial de la UPAV obtuvo el reconocimiento del Club de Periodistas de México. Y es importante que la gente sepa cómo surgió este proyecto editorial, auspiciado por el profesor Guillermo Zúñiga, apoyado por Uriel Rosas y con el esfuerzo de un pequeño grupo de trabajadores que, con pocos recursos, pero con mucha creatividad sacamos adelante este proyecto. Afortunadamente ese proyecto cuenta con todo el apoyo de la nueva administración para continuar.
El premio pertenece a la UPAV, pero parte de ese reconocimiento nos pertenece.
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