A pesar de que López Obrador siga sin reconocer la molestia de sus militantes por las malas decisiones que han tomado los dirigentes de Morena en Veracruz, a pesar de que no dé respuestas a los cuestionamientos sobre la incorporación de duartistas en su planilla, a pesar de eso tendrá que salir una respuesta el día de las elecciones. No puede López Obrador seguir con su discurso de que todo lo malo que pasa en su partido es parte de un compló articulado por sus enemigos que no quieren que llegue a la presidencia.
No puede negarse a la realidad, porque en un combate entre la realidad y la obstinación quien saldrá vencedora es la realidad. En lugar de poner orden en Morena, AMLO cierra los ojos para no ver, pero no puede evitar el fétido olor de los duartistas que buscan refugio en su partido.
Esta vez las protestas son por Ricardo Exsome Zapata, candidato a la alcaldía de Veracruz, quien fuera uno de los empresarios coludidos en negocios con Javier Duarte.
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