Vaya golpe que le ha propinado Andrés Manuel López Obrador al presidente Enrique Peña Nieto. En medio de las huestes priistas por el 88 aniversario del PRI, Peña Nieto ha declarado que el país está «en grave riesgo de retroceso y de perder lo que hemos construido en las últimas décadas». A lo que López Obrador le ha respondido con enjundia: «Claro que queremos regresar al pasado», refiriéndose al tiempo antes de la Reforma Energética.
Pero también se refirió a los tiempos en que el ferrocarril pasaba en varias ciudades y hasta podríamos agregar a los tiempos en que la seguridad social era realmente efectiva. Pero regresar al pasado también significaría que no habría Casa Blanca de Peña Nieto, ni los excesos de la familia presidencial, ni las tonterías de un presidente pusilánime.
Si regresando al pasado podemos anular todos estos años de corrupción y atraso, pues bien valdría la pena probar. Por ejemplo, ¿qué pensaría usted si pudiéramos regresar 12 años atrás y evitar que Fidel Herrera y Javier Duarte llegasen al poder en Veracruz? En ese caso, claro que nos gustaría volver al pasado.
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