Xalapa, destino silente

En Xalapa se busca crear un destino turístico para las personas con discapacidad auditiva FOTO: DIES
- en Opinión

Cecilia Muñoz / No es solo la ignorancia, sino también la indiferencia la que tiñe nuestra actitud con relación a las personas sordas. O al menos así lo describió el neurólogo Oliver Sacks, fallecido el año pasado, en el libro “Veo una voz. Viaje al mundo de los sordos”.

De acuerdo con el Inegi (2010), el 12.1% de los mexicanos con una discapacidad carece de audición, lo que se traduce en 694 mil 451 habitantes de todo el país con algún grado de sordera.

Increíble y lamentablemente, tal cifra no ha sido suficiente para al menos fomentar políticas públicas de formación de intérpretes o de impartición de lenguaje de señas básico en instancias como escuelas y hospitales, lo que ayudaría a reducir el riesgo de abusos hacia esta población, pues como bien dice César Ernesto Escobedo para Animal Político, sordo desde el año de vida, activista y hablante de 10 lenguas de señas, “¿quién se va a dar cuenta si un intérprete abusa y no da bien el mensaje o no le presta atención al sordo?… Nadie que no sepa lengua de señas”.

No deja de asombrarme que el 28 de noviembre, Día Nacional del Sordo, el tema haya pasado casi desapercibido… ¡Vamos, que antes que alguna instancia oficial, la marca de maquillaje mexicano Bissú hizo público un hermoso video con la modelo profesional y sorda de nacimiento Iliana Paredes! En éste, la jalisciense expresa un mensaje de empoderamiento principalmente dirigido a las mujeres: “Nunca he escuchado… Nunca he escuchado a nadie dudar de mí. No dudo. No dudo de mi corazón”.

De acuerdo con el Informador, periódico de Guadalajara, Iliana percibió el cambio en su vida, cuando todo parecía difícil, con la llegada de la maestra Carmen Julieta Lomelí, quien le enseñó el lenguaje de señas. Iliana es prueba de que en un mundo hecho desde y para el sonido, no hay ningún impedimento para las personas sordas, siempre y cuando se les brinde las herramientas necesarias para ello. En Xalapa, la asociación civil Difusión, Inclusión y Educación del Sordo (DIES) trabaja en ese sentido y con alegría, descubrí hace unos días que ahora se ha aliado con el ayuntamiento xalapeño para capacitar a la Subdirección de Fomento Turístico en lenguaje de señas, así como promover actividades que incluyan a todas las personas con discapacidad auditiva.

Sabiendo esto, no me queda más que desear el mayor éxito en esta nueva empresa no solo para que Xalapa se coloque a nivel nacional como una sociedad que empieza a dar pasos hacia la inclusión, sino especialmente porque vislumbro en este proyecto una oportunidad para nuestra población sorda, de la que aún poco sabemos, pero que seguramente pronto empezará a posicionarse en la esfera pública con normalidad y no como excepción.

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