No hay que dejar que se vayan los diputados, ni los que se encargaron de los dineros en la Legislatura que ya pasó. Seguramente la nueva Legislatura, sin la mayoría priista que todo encubriría, va a encontrar la casa de cabeza. Por otro lado, muchos de los diputados que salen fueron cómplices del prófugo de la justicia Javier Duarte. No sólo encubrieron el saqueo que se estaba llevando a cabo, sino que además participaron de ese saqueo.
La cabeza de esa banda de diputados saqueadores es Juan Nicolás Callejas, quien fue denunciado por el propio gobernador electo como una «rémora del sistema». Callejas fue la mano que meció la cuna en el Congreso, fue la extensión de la corrupción en el Congreso. Él fue el que dio luz verde a los diputados de su partido y anexos para que se aprobaran esas iniciativas ridículas y desesperadas de Duarte; iniciativas que finalmente se echaron para atrás.
Pero no sólo él, también Octavia, Tonatiuh, Garrido, Sánchez Macías, Marco Antonio del Ángel y muchos más. Por eso no hay que dejar que se alejen demasiado, porque en cualquier momento serán requeridos para que rindan cuentas por su actuación, por su responsabilidad en el desastre financiero.
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