Arturo Reyes Isidoro / Al medio día de ayer, el gobernador electo Miguel Ángel Yunes Linares dio a conocer los nombres de quienes lo representarán en el proceso de entrega recepción a partir de mañana 1 de noviembre, una nómina muy grande acaso por la magnitud de la estructura del gobierno, acorde al tamaño y la importancia del Estado.
Los grupos de trabajo están encabezados, a su vez, por uno muy selecto que encabeza el contador Manuel Muñoz Gánem, a quien desde ahora el nuevo gobernante está dando un papel relevante, que refleja la confianza que le tiene y el rol que habrá de jugar en la nueva administración.
De ese grupo de grupos forman parte Clementina Guerrero García, Rogelio Franco Castán, Humberto Alonso Morelli, Índira Rosales San Román, Francisco Montfort Guillén y Mariana Aguilar López.
Lo novedoso, para mí, fue que invitó a los representantes de los medios de comunicación a que estén presentes en todas las reuniones que se lleven a cabo durante el proceso, algo que nunca antes había ocurrido.
Quiero entender que con ello está marcando el inicio de su política de transparencia que ha ofrecido a los veracruzanos, y que tener siempre como testigo de sus actos a la prensa será una característica que observará al pie de la letra durante los dos años de su gestión.
Sería también un reconocimiento al papel relevante que juega la prensa en la vida democrática de Veracruz, y para marcar la diferencia con el gobierno que encabezó Javier Duarte, cuya falta de protección a los periodistas y algunas agresiones contra varios de ellos llevó a que el Estado pasara a ser considerado como el más peligroso para ejercer el periodismo.
Quitar ese deshonroso lugar al Estado sería otro logro más de su gestión, con lo que de paso se ganaría el reconocimiento y el apoyo de los medios profesionales de comunicación e información, y buscaría despejar cualquier duda sobre su conducta personal con respecto a los periodistas y sus diferentes puntos de vista.
Flavino, también ordenó dar apoyo de prensa
Coincidentemente, ayer, enterado de que los alcaldes que tienen tomado el Palacio de Gobierno ofrecerían una conferencia de prensa por la mañana, el gobernador Flavino Ríos Alvarado ordenó a la titular de la Coordinación General de Comunicación Social, Irma Chesty, que los apoyara dándoles todas las facilidades.
Una de las instrucciones fue que la guardia del Palacio permitiera el acceso a todos los periodistas que llegaran y que se cuidara que fueran auténticos reporteros, fotógrafos y camarógrafos, cuidando que no se colara alguna persona que pudiera causar algún problema a los presidentes municipales.
La conferencia se desarrolló con toda normalidad y éxito, tanto que luego los alcaldes invitaron a los periodistas, al propio personal de Comunicación Social y a los guardias mismos zacahuil, que quién sabe de dónde sacaron dos grandes tamales de ese platillo huasteco, que alcanzó para todos.
Lo relevante, creo, fue la actitud de Flavino de no obstaculizar la libertad de los presidentes a informar sobre su movimiento y, por el contrario, cuidar que pudieran hacerlo con todo el apoyo oficial, en una postura personal suya de no tensionar más el ambiente político.
Con Gutiérrez Barrios no hubo corrupción
Mañana con intenso calor aunque con viento fuerte enmarcó el homenaje que las instituciones del gobierno priista a punto de concluir rindieron a uno de sus referentes, el extinto gobernador Fernando Gutiérrez Barrios, tal vez junto con don Jesús Reyes Heroles los más significativos desde la segunda mitad del siglo pasado.
Algo notable fue que a diferencia del año pasado cuando un grupo de gutiérrezbarristas se reunió a desayunar en conocido café, todos ataviados con su paliacate rojo al cuello como acostumbraba don Fernando, esta vez muchos no llegaron ni siquiera la mayoría de los miembros del gabinete que fueron invitados y convocados para recordar a quien fue gobernador y Secretario de Gobernación en su 16 aniversario luctuoso.
Presentes, sí, los titulares de los tres poderes: Flavino Ríos Alvarado, del Ejecutivo; Octavia Ortega Arteaga, del Legislativo; y Alberto Sosa Hernández, del Judicial; así como Antonio Gómez Pelegrín, Ramón Ferrari Pardiño y Harry Grappa Guzmán, Secretarios de Finanzas, Sedarpa y Turismo, respectivamente, y el líder agrario Juan Carlos Molina Palacios, entre otros personajes. Claro, sin faltar la señora Divina Morales, viuda del extinto político y militar.
El gobernador dijo que hablar del llamado “Hombre leyenda” era remitirse a un hombre institucional, que hizo del diálogo, la urbanidad política y el respeto a la Ley, sus mejores virtudes
“Fue ejemplo de honradez, cortesía política, sensibilidad y trato amable con la población. Nunca confundió el ser con el tener, porque la corrupción jamás echó raíces en su gobierno. Jamás recurrió al abuso del poder ni a la estridencia, como mecanismo de legitimación ante la sociedad”.
Lo recordó como un gobernante que cumplía su palabra empeñada y narró cómo un día siendo él delegado de su campaña cuando Gutiérrez Barrios era candidato al Senado, le preguntó cuál era la demanda más sentida de los habitantes de Las Choapas, hacia dónde se dirigían.
Le respondió que una escuela de educación superior. En ese mismo instante habló por teléfono con el entonces Secretario de Educación Pública, Miguel Limón Rojas, ante quienes gestionó lo que hoy es el Instituto Tecnológico Superior de aquella ciudad del sur, al que el gobierno de Miguel Alemán contribuyó aportando la mitad del costo.
Recordó Flavino que apenas hace unos días estuvo en Alto Lucero, a cuyos habitantes don Fernando ofreció que les mandaría construir una carretera moderna que los conectara en forma rápida con Xalapa, lo que les cumplió, por lo cual todavía lo recuerdan con cariño y gratitud. También cómo inició la construcción del hoy Centro de Especialidades Médicas.
El orador, a nombre de la familia del homenajeado, fue Renato Alarcón Guevara, actual delegado del ISSSTE, quien evocó cómo don Fernando le sugirió leer el libro Las enseñanzas de don Juan de Carlos Castaneda, e incluso se lo resumió: un día, un arqueólogo que había llegado a realizar un estudio a un pueblo indígena le preguntó a don Juan, el chamán, qué se necesitaba para ser un hombre de conocimiento.
Le respondió que vencer a cuatro enemigos, aunque al cuarto se le vencía sólo parcialmente:
El primero era vencer el miedo y las inhibiciones internas; “ganarle al enemigo que ronda nuestra conciencia y que muchas veces nos hace callar cuando debemos de hablar”.
El segundo, encontrar el justo medio de todas las cosas, “para vivir en el equilibrio de lo bueno y lo malo, de lo aceptable y lo inaceptable”.
El tercero, aprender a controlar el poder y no ser víctima de él, “porque el poder al listo lo marea y al tonto lo enloquece”.
Y el cuarto, “mantenerte lúcido en los últimos años de tu vida para, en la vejez, esperar la muerte”. “Entonces serás un hombre de conocimiento”.
Renato dijo que esa había sido la última enseñanza que le había dejado don Fernando. “Fue una traducción sencilla del comportamiento más correcto en la política”.
Uno y dos de noviembre son días de guardar en la tradición mexicana. Por ese motivo “Prosa aprisa” no saldrá ni martes ni miércoles. Nos encontraremos el próximo jueves.
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