Hace apenas un día el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, dijo en conferencia de prensa que en Sinaloa deben regresar a las clases presenciales, pues no estaban en “estado de excepción”. Dijo palabras como “no hagan el caldo gordo”. Estás palabras fueron dirigidas hacía las instituciones educativas y a los padres de familia quienes temen que los alumnos y sus hijos acudan a las escuelas debido al incremento de violencia en la ciudad de Culiacán y el estado de Sinaloa. El 28 de noviembre la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) informó a sus alumnos y padres de familia que las clases presenciales se interrumpirían y darían paso a las clases virtuales.
El motivo de la universidad para cerrar sus puertas fue claro. Las balaceras que se han presentado son más frecuentes y temen que los alumnos sean víctimas. La decisión de la Universidad Autónoma de Sinaloa tiene más congruencia, tiene más prudencia y validez que todo lo que fue a decir el gobernador frente a las cámaras.
En el comunicado de parte de la (UAS) anotaron: «Derivado de los hechos violentos que se han suscitado en las últimas horas en el Culiacán, la Universidad Autónoma de Sinaloa informa a su comunidad que las clases de este jueves 28 de noviembre se llevarán a cabo de manera virtual en la capital sinaloense… En la UAS siempre prevalecerá la integridad de toda su comunidad universitaria, por ello se acata con esta medida el protocolo de seguridad… les pedimos seguir atentos a nuestras redes universitarias oficiales y Radio UAS».