Juan David Castilla / Tihuatlán, Ver. La cadena productiva está en riesgo por la posible fumigación por parte de habitantes de Tihuatlán, al norte de Veracruz, para acabar con la invasión de orugas en los árboles de naranjo y jobo.
Así lo dio a conocer el investigador del Instituto de Ecología (Inecol), Orlik Gómez García, quien además explicó que la fumigación acabaría también con los agentes polinizadores, como abejas, aves, mariposas y murciélagos.
«Los gusanos son larvas de mariposas diurnas o nocturnas que se están alimentando de algunas de estas plantas y que si bien algunas son urticantes, no van a matar a ninguna persona, en general al menos que sea una persona extremadamente alérgica, cosa que en nuestro país es bastante raro».
También consideró que la aparición de las orugas podría deberse a un evento inusual durante este año considerado atípico, debido a las condiciones de sequía y luego mucha lluvia.
«Si fumigan y matan a las orugas, hormigas, murciélagos, aves, a consecuencia de ello la producción de frutos del año próximo puede verse disminuida. La presencia de orugas no es una emergencia sanitaria, pero lamentablemente las personas se crean miedos o bien los han aprendido», enfatizó.
Orlik Gómez pidió a la población que se informe correctamente, pues, a su juicio, los gusanos que se aprecian en los árboles son larvas de mariposas nocturnas o polillas que llegaron para alimentarse de las hojas.
«Las larvas van a seguir alimentándose hasta hacerse capullo o crisálida, y pues en algún momento van a dejar de estar ahí presentes, no hay nada que hacer, si se animan y se atreven, que es lo más probable desgraciadamente de echarles DDT o cualquier otro insecticida, lo único que van a hacer es matar un montón de otros insectos polinizadores, y por supuesto a las larvas, pero en general no va a pasar nada, son ciclos».
El especialista demandó a las autoridades ambientales y agropecuarias que informen a la población sobre dicha situación para evitar un atentado contra las especies y la cadena productiva.
«Me informan que se trata de la larva (oruga) de una polilla del género Acharia, a la que le llaman gusano ensillado. Es un comedor voraz de plantas como cítricos, leguminosas, mangos y parientes como el jobo. Las orugas son urticantes y algunas personas pueden tener reacciones alérgicas fuertes, incluyendo dolor y fiebre que desaparece en horas. No son una plaga ni un riesgo sanitario, sino un evento inusual en un año climaticamente inusual», remató el investigador del Inecol.