Aun después de muerto Juan Gabriel, el Divo de Juárez, es una carta fuerte para generar dividendos económicos. Por esta razón, Michoacán también pedía que los restos de la estrella mexicana descansaran en esa localidad. Sin embargo, en una ocasión el Divo de Juárez declaró que se sentía «muy agradecido con los juarenses por tanto amor que me brindan y muy asombrado por tanto amor que me dan; la verdad ni me lo merezco, porque con el amor que yo les doy a ustedes es más que suficiente, porque gracias a esta ciudad, mi familia salió adelante».
Juanga supo ser agradecido, antes de muerto pidió que sus restos descansaran en Ciudad Juárez, el lugar que fue testigo de sus inicios como compositor y donde sentó las bases que años más tarde lo convirtieron en un icono de la cultura popular mexicana.
Tomando en consideración la magnitud y lo que representa tener los restos de este artista, el Cabildo decidió nombrar el viernes a Alberto Aguilera Valadez «Hijo predilecto de Juárez», también dieron el nombre de Juan Gabriel a la Gran Plaza del Centro Histórico de esa ciudad. Puede usted imaginarse los tours turísticos para conocer el Noa Noa, la casa y la tumba del hijo predilecto de Juárez. Bien por Juanga.
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