Es un pleito en el que los dos tienen la razón. Ricardo Salinas, como muchos empresarios y políticos ayudaron a López Obrador a encumbrarse en la presidencia de México. Esa ayuda de muchos años les hizo creer que podían gozar de ciertos privilegios e impunidad. Salinas Pliego, de ser un empresario discreto, ocupado en su familia y negocios, se convirtió en un magnate influencer que no tenía empacho en presumir los logros de su trabajo, así como los privilegios que le daba ser amigo del presidente. Sin embargo, el Sistema de Administración Tributaria le exigía pagar impuestos, todavía le exigen 25 mil millones de pesos. Eso le hizo cambiar de óptica para darse cuenta del mal gobierno de López Obrador. Corrupción y mentiras de una clase política a la que él llama “gobiernícolas”.
Uno de los grandes méritos de Salinas Pliego es que puso en su lugar a todos y cada uno de los más arrastrados seguidores de López Obrador. Esos “lamesuelas” y otros empresarios le exigieron a AMLO que pusiera en orden a Salinas y AMLO cedió. Desde su mañanera el presidente se fue contra el empresario: «Tienen problemas con nosotros. No es Alatorre, es Ricardo Salinas que tiene diferencias con nosotros. Respeto su punto de vista si él piensa que es censura, pero yo prefiero que él diga que yo lo quiero censurar, a que yo pase a la historia como cómplice, como encubridor, porque yo estoy aquí para defender los intereses del pueblo, pero tiene todo su derecho de expresarse, de manifestarse».
Por supuesto, Ricardo Salinas no podía quedarse callado ante las acusaciones del «gobiernícola mayor»: «El país se cae a pedazos, el gobierno debería ponerse a trabajar. En lugar de estar culpando a los medios, por mostrar la verdad, el Gobierno se debería poner a trabajar». Con esto se rompe una alianza de muchos años, un apoyo de muchas elecciones. ¿Cuáles serán las consecuencias? ¿Quién saldrá más raspado, Salinas o AMLO?
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