Ni la disimulan. Cuando la horda lopezobradorista recibe la orden del amo de irse contra alguien, todos ladran y lanzan dentelladas tratando de arrancar algún pedazo. Empezaron con la esperpéntica Layda Sansores, quien en su “Martes de jaguar” preguntó por los 25 mil millones que Salinas Pliego debe de impuestos al SAT. Al día siguiente el mismo López Obrador se fue sobre el ministro Luis María Aguilar, a quien acusó: «¿Dónde está la justicia pronta y expedita? Lleva ocho meses con un expediente guardado que implica que se resuelva, a favor o en contra, un asunto de 25 mil millones». De inmediato las granjas de bots de la Cuarta Transformación se activaron y se fueron en contra de Salinas Pliego.
En la mañanera el presidente insistió: «Él pidió ese expediente, (atraerlo) lo pide para guardarlo, lo tiene ocho meses y no resuelve porque se trata de 25 mil millones de pesos. Es el presupuesto de un estado de la República, puede ser el presupuesto de Baja California Sur, de Tlaxcala, de Zacatecas, de Campeche; 25 mil (millones) y no resuelve y lo tiene guardado ¿Y dónde está la justicia pronta y expedita?» De un tiempo para acá Salinas Pliego se ha convertido en una piedra en el zapato para el gobierno de Morena. El empresario, dueño de Elektra, ha puesto en su lugar a pesos pesados de la 4T.
Puso en su lugar a Fernández Noroña, a Jenaro Villamil, a Epigmenio Ibarra y a Citlalli Hernández le dio una revolcada que la señora tuvo que pedir al INE que interviniera. Pero lo que López Obrador no le perdona a Salinas Pliego es que haya exhibido los errores y la manipulación de los libros de texto. ¿En qué terminará esto? ¿Meterán a Salinas Pliego a la cárcel a pesar de los millones que aportó en cash para que el “Rey del Cash” llegara a la presidencia?
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