La abyección tiene varios rostros, pero el principal es el de buscar agradar al mecenas o a determinada autoridad. De hecho, la palabra abyección señala humillación de una parte para agradar a otra. Resulta que, en el primer edificio del plantel 338 del Conalep, ubicado en Córdoba, Veracruz, las autoridades de ese plantel tuvieron la puntada de inmortalizar la imagen de Cuitláhuac García Jiménez junto al rostro del presidente Andrés Manuel López Obrador y el de Heberto Castillo, político mexicano socialista que siempre buscó un verdadero cambio en el país.
De verdad que se necesita ser muy arrastrado o abyecto para colocar a un gobernante que se ha caracterizado por violentar la ley persiguiendo a líderes políticos y, a cualquiera que no comulgue con su manera de gobernar. Y es que, Cuitláhuac García Jiménez no merece ser recordado como un gran gobernante, sobre todo cuando ha sido insensible con las madres y familiares de los desaparecidos.
Además, no hay que olvidar que este aprendiz de gobernante metió a la cárcel a jóvenes y políticos bajo el delito de ultrajes a la autoridad. La historia no se equivoca y el culto equivocado hacia un líder o personalidad política sólo empina a los pueblos a una idolatría barata.
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