Jorge Flores Martínez / Estamos a unos cuantos días para que la fidelidad-prospera entregue el poder en Veracruz y es momento de iniciar con un proceso de balance del legado que deja estos doce años de gobierno divido en dos administraciones, que inician con Fidel Herrera en el 2004 y terminan con Javier Duarte el 30 de Noviembre de este año.
Todo inició con una victoria con la mancha del robo y fraude electoral y termina con el desfalco más grande realizado en Veracruz, por lo que no es un exceso decir que uno de los legados de este gobierno es el robo y fraude como método y sistema que los caracteriza como grupo político. No tenían una idea de Estado, no construyeron un proyecto político, su objetivo único era el poder, pero no por el poder que representa, sino por el botín que significa. Se apropiaron no de la administración, se apoderaron del presupuesto, cada peso durante doce años fue propiedad de la fidelidad-prospera y nada, ni un solo centavo se gastó sin la intensión de favorecerlos y beneficiarlos.
La fidelidad daba aviso que la pertenencia a este grupo obedecía a ser fieles más que a una idea de Estado y la promesa de esta fidelidad era la prosperidad eterna, la prosperidad de generaciones con solo ser fieles a la fidelidad, así estaba dado y escrito que de los fieles será el presupuesto y de estos será la prosperidad.
Ahora al termino y a punto de entregar el poder se encuentran con la disyuntiva que la prosperidad no podrá ser de todos, algunos serán sacrificados. El derrumbe de la fidelidad-prospera es que nunca previeron que el poder se pudiera terminar, confiaron en las palabras casi míticas de que ningún Yunes mientras el líder viviera llegaría al poder. Ahora sin plan de entrega se aprestan a destruir su paraíso, casi para demostrarnos que la profecía de su líder se cumplirá y no habrá un Veracruz después de la fidelidad-prospera.
Para ellos destruir Veracruz es destruir su presupuesto, lo demás no les interesó, es más estoy convencido que no lo vieron, no lo escucharon y nunca lo sintieron, dejar a Veracruz quebrado, dejarlo sin un peso, con el presupuesto comprometido es la manera de cumplir la profecía de su líder, para el resto de los veracruzanos es la venganza iracunda del tirano sicopata que cree que lo que gobierna no puede entenderse sin él, es preferible destruirlo antes que profanarlo con otra persona, con otro grupo que gobierne, que ejerza el presupuesto.
Otro de sus legados será sin duda la corrupción como marca del grupo, elemento diferenciador no por el ser corruptos, que eso es pertenencia de muchos de distinto origen y color, lo es por el método y sistema que esta más cerca del proceso industrial que el del artesanal al que estábamos acostumbrados. Encontraron y descifraron la alquimia electoral y la trasladaron a la presupuestal, todo era potencialmente destinado a sus patrimonios y cuentas sin el mínimo sentido de responsabilidad social, el presupuesto era el botín de esta guerra declarada a todos nosotros y su legado será el de la alquimia presupuestal como forma de administración gubernamental.
Pero nada de lo anterior hubiera sido posible sin el sometimiento de los otros dos poderes, se sometieron a la fidelidad-prospera y su promesa de prosperidad eterna y como apóstoles obedientes nunca cuestionaron los excesos, los actos inconfesables y los abusos, actuaron en total complicidad y hoy encuentran entre algunos pocos de sus diputados sus judas incomodos que los llaman corruptos y ladrones.
Son doce años que se niegan a terminar y aun en su agonía deliran con proyectos de continuidad y se atreven a poner en la mesa nombres impresentables para resguardar y proteger sus acciones, no cabe duda que el mayor interés que los impulsa no es la pretendida impunidad, sino que saben que su única debilidad es que su fortaleza la construyeron a base de complicidades y éstas tarde o temprano terminan por romperse y es imposible prever donde será la fractura o filtración que termine por llevar todo al carajo, así que buscan incansablemente lograr mantener islas de poder durante estos dos años de gobierno, se trata de un instinto de sobrevivencia de grupo.
Pero su mayor legado será el de la perversidad extrema en la política, la perversidad de hacer y entender todas las acciones de gobierno tardará años en poder erradicarse, la fidelidad-prospera dejó como plaga indeseable sus liendres cobijadas en el presupuesto y muchos basificados a la espera de mejores tiempos y circunstancias.
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