Ya no se cree el discurso presidencial que insiste que ellos no son iguales a los anteriores. De hecho, lo que ha quedado demostrado es que estos son peores, porque además de cometer los mismos vicios de los anteriores, todavía lo niegan. El periódico Reforma publicó en su primera plana que Guillermo Nevárez, director de CFE distribución en Chihuahua, colocó en nómina a sus tres hijas y a dos de sus yernos:
“Se trata de Hilda Denisse Nevárez González, que es supervisora administrativa de calidad. Su esposo, Rafael Gutiérrez Porras, es jefe de departamento Zona ll en la misma entidad y está encargado de la red eléctrica de subtransmisión. Otra de sus hijas, Lorena Del Rocío Nevárez González, es supervisora del programa de capacitación en la residencia general de construcción V. Hasta el año pasado, su esposo Víctor Manuel Hernández Muñoz, era ingeniero para la supervisión de elaboración e integración de paquetes de licitaciones, también en Chihuahua. Finalmente, su hija Claudia Imelda Nevárez González, opera como ingeniera de sistema de gestión de calidad en la central de ciclo combinado Chihuahua”.
Como podemos ver, nepotismo e influyentismo no se han desterrado en este gobierno, antes bien son dos vicios que se fomentan y se toleran.
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