Hay preocupación entre los cercanos al presidente, saben que tienen en contra el tiempo y apenas el Plan B electoral se discutirá esta semana para su aprobación. Sin embargo, saben que inmediatamente que este sea aprobado por la bufalada morenista, las impugnaciones por los partidos de oposición lo conducirán al terreno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), donde Norma Lucía Piña tendrá la voz cantante.
Es de bien sabido que el presidente no las tiene todas con la mandamás de la SCJN, eso sin contar que a la magistrada presidenta no le gustan las zalamerías ni deja que le regalen los oídos con adulaciones. Y si se toma en cuenta que Norma Lucía Piña, de 18 requerimientos de Morena sólo le apoyó en tres, el panorama no es alentador para los morenos.
De modo que el presidente sabe que su Plan B puede acabar en el cesto del olvido. Ahora entendemos plenamente, porque el presidente se empeñaba en poner a alguien a modo, como la magistrada plagiaria.
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