López Obrador, primero le urgía una nueva “verdad histórica” en caso Ayotzinapa, ahora no encuentra cómo limpiar la imagen del Ejército

Andrés Manuel López Obrador, Alejandro Encinas Rodríguez y la "nueva verdad histórica" del caso Ayotzinapa FOTO: WEB

A cuatro años del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, queda claro que al presidente de México lo que más le interesa es la apariencia, no la verdad. Y es que la verdad es incómoda, sobre todo cuando no va de acuerdo con su realidad. A unos días de que se cumpliera el octavo aniversario de la matanza de estudiantes, el presidente exigió a Encinas resultados. El titular de la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia del Caso Ayotzinapa se los dio, pero esos resultados involucraban a decenas de militares que, aseguraba el informe de Encinas, estuvieron coludidos con los narcotraficantes en las acciones para desaparecer a los 43 estudiantes.

Sin embargo, el gobierno de facto en este país, el Ejército, se opuso a esos resultados, amagó al presidente y ahora López Obrador no ve cómo limpiar el nombre del Ejército. Al respecto señala el periodista Raymundo Riva Palacio: «López Obrador está buscando una estrategia que le permita dar una respuesta de justicia a los padres de los normalistas este mismo año, al tiempo de encontrar otra que separe a militares presuntamente responsables del crimen de la institución (…) El discurso de “crimen de Estado” impulsado por Encinas con la venia presidencial no tiene punto de retorno. La percepción de culpabilidad de los militares, tampoco. La pretensión de López Obrador de encontrar una salida que lo beneficie, cuando él mismo permitió las expectativas que hoy se ve no estaban sustentadas, es ingenua».

Lo dicho, al presidente sólo le importan las apariencias, no la verdad.

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