Leticia Ramírez Amaya se sacó la rifa del tigre; su bajo perfil para ocupar los zapatos de José Vasconcelos, ya han dado muestra de su desconocimiento para resolver los problemas más agravantes que existen en el ámbito educativo. Su llegada, a dos años de terminar el gobierno del presidente López Obrador, no es el más adecuado. Sobre todo, porque su antecesora tampoco contaba con un proyecto definido ni estable.
La exdirectora general de Atención Ciudadana de la Presidencia de la República, no sabe ni dónde está parada, desconoce qué plan utilizar para reforzar las miles de escuelas que fueron dañadas por dos años de encierro ocasionados por la pandemia, pero eso no es todo, el nuevo modelo de educación que ha impulsado la 4T no termina de cuajar en el ánimo de los maestros. Eso sin contar que esta oficina es considerada como la caja chica de su patrón.
Además, no hay que olvidar que un juez ha determinado que el exitoso programa de las Escuelas de Tiempo Completo tiene que ser reinstalado en todo el país. Desde luego que para que ese se pueda llevar a cabo, se requieren recursos, mismos que fueron absorbidos como un pulpo por el Gobierno Federal para apoyar las obras prioritarias de este gobierno, como son la refinería de Dos Bocas, y el dichoso Tren Maya. De modo que, Leticia Ramírez Amaya se sacó la rifa del tigre y sin comprar boleto.
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