Dice un refrán popular, «piensa mal y acertarás». Nos enteramos por medio de Luis Crescencio Sandoval, titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) que la reunión entre el RR y el Apá era para decidir la sucesión de Nemecio Oseguera, el Mencho, líder del Cártel de Jalisco Nueva Generación. La reunión se llevaba a cabo en Ixtlahuacán, Jalisco. Poco después de que el Ejército interviniera, fue que empezó la batalla campal que dio como resultado el incendio de varias tiendas Oxoo, farmacias, autos y narcobloqueos. Los disturbios se extendieron hacia ciudades de Guanajuato, donde miembros del Cártel de Jalisco Nueva Generación hicieron de las suyas sin que la policía o el Ejército lo impidieran.
El reporte del titular de la Sedena señala que el combate dejó 16 delincuentes capturados, 30 negocios quemados, 14 bloqueos carreteros, 40 vehículos incinerados, así como bidones de gasolina y más de 30 armas (como rifles) decomisadas. Sin embargo, del RR y del Apá no se supo nada. A pesar de que estos dos líderes del CJNG eran los objetivos principales, nadie los detuvo; aparentemente huyeron con la ayuda de las autoridades locales.
Interrumpir esta narcocumbre en la que se estaba decidiendo la suerte del Cártel de Jalisco Nueva Generación, ¿a quién favorece? ¿Quizá al Mencho quien sigue al frente de esta organización criminal? ¿Acaso la búsqueda de estos líderes era para favorecer a otros cárteles enemigos? Por ello decimos, «piensa mal y acertarás».
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