Aurelio Contreras Moreno / El caso de la desaparición y supuesto –porque hasta ahora no hay evidencia sólida que confirme el hecho- feminicidio de Viridiana Moreno se ha convertido en una de las más ominosas pifias y abusos del gobierno de Cuitláhuac García Jiménez.
Ya no solo se trata de esa declaración del gobernador a dos días de la desaparición, cuando aseguró que Viridiana Moreno estaba “resguardada”. Las recientes revelaciones de la familia desvelan una actuación desaseada y rayana en la ilegalidad de parte de la Fiscalía General del Estado y del propio titular del Ejecutivo estatal.
En la emisión de esta semana del programa de TV por internet La Clave –que conducimos la periodista Mónica Camarena y quien esto escribe-, el padre de Viridiana Moreno, Enrique Moreno Marini, expuso la razón concreta por la cual él y su esposa no aceptaron los restos que la Fiscalía intentó entregarles la noche del pasado 24 de mayo como los de su hija. Lo que dijo sería inverosímil, increíble, si no estuviésemos hablando del gobierno de Cuitláhuac García.
“En ningún momento nos han mostrado restos de mi hija. Simplemente me mostraron un proyector con fotos, pero no fotos de un cuerpo, de un brazo, de una pierna. No. Nos enseñaron unas fotos como de cuatro centímetros cuadradas, indicando un costado de la nariz donde estaba un lunar, la boca por dentro nada más la dentadura, un lunar atrás de la oreja pero nada más un cuadrito igual, y un hueso de una costilla que era la segunda, la cuarta costilla, algo así dijeron. Prácticamente eso es mi hija. Díganme sí puedo recibir eso como mi hija.
“Que de ahí sacaron las pruebas de ADN. Pero ni un dictamen, ni un… nada, nada. De hecho, el ADN me lo dibujaron en tres muñequitos: mi esposa, mi hija y yo. Tres muñequitos. Un 50 por ciento tuyo, un 50 por ciento de su mamá y así sucesivamente. Pero 50 por ciento mío y 50 por ciento de mi esposa y es un 100 por ciento. Pero dictamen así concreto, se hizo esto, se hizo lo otro, nada”, sostuvo.
-¿No les presentaron un dictamen científico? ¿Les presentaron unos dibujitos diciendo ‘esto le corresponde a usted genéticamente, esto a su esposa, y luego entonces, esto es su hija’? ¿Eso es lo que les presentaron?
-Así es, efectivamente. Nada más los muñequitos. ‘Esto me arrojó un 100 por ciento que es su hija. Estos son los restos de su hija, y nada más. ¿Se la llevan o no?’ Y pues obviamente nosotros dijimos que no.”
Las revelaciones del señor Moreno Marini confirman que lo que en realidad buscó desde el principio la Fiscalía que encabeza Verónica Hernández Giadáns y el mismo gobernador García Jiménez fue darle cerrojazo al caso, que se convirtió en una “papa caliente” para el gobierno de Veracruz. Y como los padres no aceptaron que les entregaran pedazos de carne de los que evidentemente era imposible que
tuvieran resultados reales de una prueba ADN –cuando se los presentaron, dándoles el beneficio de la duda, llevarían a lo mucho cinco o seis días de su presunto deceso-, entonces desde el régimen buscaron al padre del hijo de Viridiana, que a punto estuvo de aceptarlos, hasta que la familia le pidió que no lo hiciera.
Los padres de Viridiana Moreno lo único que quieren es que se les permita realizar una prueba externa de ADN sobre los restos que según la Fiscalía –y que nunca les ha mostrado físicamente- son los de su hija, exámenes cuyo costo correría a cargo no del gobierno, sino de los propios familiares, que para ello cuentan con el apoyo solidario de la comunidad de Tlaltetela, donde residen.
Pero inexplicablemente, la fiscal Hernández Giadáns y el gobernador García Jiménez se niegan rotundamente a permitir lo que es un derecho de las víctimas –los familiares también lo son-, obstruyendo el acceso a la justicia para ellos y para la misma Viridiana Moreno.
¿Qué esconden Cuitláhuac y la fiscal? Dicen que la clave está en los videos tomados en Ciudad Cardel, dentro y fuera del hotel donde fue citada Viridiana. ¿A quién protegen?
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