Urgía inaugurar el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, para cumplirle el capricho al presidente López Obrador. Se derrochó mucho dinero para que al menos una sección de ese aeropuerto tuviera servicio para despegar y aterrizar. Después de un mes de inaugurado siguen con la obra carretera para los accesos al aeropuerto. La obra del resto de andenes, edificios y demás tardará varios meses.
Pero bueno, ya es semana santa y seguramente el AIFA ya está desahogando el tráfico aéreo en el Aeropuerto Internacional Benito Juárez. Pues resulta que no. Mientras en el Benito Juárez siguen saliendo 900 vuelos diarios, en el Felipe Ángeles sólo salen doce vuelos.
Con razón la señora de las tlayudas no quería que le dieran un local en el AIFA, donde casi no hay gente. Ella prefería una esquina en el Centro Histórico de la CDMX. Tanto pinche dinero tirado a la basura, tanto pinche dinero derrochado sólo para cumplirle el capricho a un aprendiz de tirano.
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