Por todos lados le han sonado a Cuitláhuac García desde que iniciara el 2022. En los medios de comunicación, pocos analistas se abstuvieron de analizar el caso Veracruz, donde gobierna el peor gobernador de la República, donde se reprime a los ciudadanos con el delito ultrajes a la autoridad, donde el secretario de Gobierno es señalado por tener vínculos con grupos del narcotráfico, donde el Ejecutivo se vio a obligado a derogar el delito represor con que se ayudó a meter a muchos adversarios políticos a la cárcel.
Por cierto, en esta misma semana la revista Proceso realizó un reportaje en donde desnuda al secretario de Gobierno, donde se hace alusión a las acusaciones en su contra. ¿Qué hizo el gobernador de Veracruz para contrarrestar esta oleada de desprestigio? Pues se fue a ver a Claudia Sheinbaum, la favorita del presidente López Obrador para ser su sustituta. Ahora resulta que estos dos files de la secta de López Obrador, persiguen los mismos ideales.
Y como si hubieran encontrado la clave para los problemas en Veracruz, firmaron un Convenio Marco en Materia de Innovación Tecnológica entre la CDMX y el estado de Veracruz. Vaya necedad, vaya estulticia. El problema en Veracruz se llama Cuitláhuac García, un sujeto que llegó a la gubernatura de un estado sin ninguna preparación. En Veracruz no se necesita ningún Convenio en Materia de Innovación Tecnológica, sólo se requiere alguien que sí sepa gobernar, no un sujeto que ha hecho de la estulticia la firma de su casa.
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