En México, cuando se dice «tan malo el pinto como el colorado», quiere decir que ambos son malos. Los dos peores gobernadores que en estos momentos se disputan el último lugar según varias estadísticas son Cuauhtémoc Blanco del estado de Morelos, y Cuitláhuac García de Veracruz. Y es que la disputa por el último lugar está muy cerrada. Mire usted, tan pronto los morelenses se sorprenden por las pifias que comete el rey de las patadas, inmediatamente el gobernador de Veracruz sale con otras para no quedarse atrás. El caso Cuauhtémoc Blanco, gobernador de Morelos, ya resulta una molestia para el mandamás de la Cuarta Transformación.
El presidente de México ha quemado ya varios cartuchos para hacerle el quite a un personaje farandulero que, de plano, no tiene nada que hacer en el mundo de la política. La foto de Cuauhtémoc Blanco con líderes locales de bandas criminales, la ejecución del alcalde de Xoxocotla y narcomantas que embarran al mandatario, muestran el deterioro de la entidad y la falta de control del gobernador. Todo ello ha causado un serio molestar al presidente que, por más que ayuda al exfutbolista, nada mas no ve ni se siente correspondido.
En el caso del gobernador veracruzano, éste ya no ve lo duro si no lo tupido, y es que después de la revolcada que le pegó el senador Ricardo Monreal, al usar como ariete a la CNDH, Cuitláhuac García se ve obligado a despertar de la modorra a sus diputados morenos, para que vayan viendo cómo componen ese mamotreto llamado ultrajes a la autoridad. Por otro lado, al igual que su homólogo de Morelos, el mandatario veracruzano también ha sido testigo de cómo aparecen mantas acusando a su segundo a bordo de pactar con un grupo del crimen organizado. De modo que ni a cuál irle, es muy cierto que es «tan malo el pinto como el colorado».
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