Ethan Crumbley, un joven de quince años que asesinó a tiros a cuatro de sus compañeros de clase en una escuela de Michigan, y dejó heridos a siete, entre ellos a un profesor, está siendo juzgado como un adulto. Los padres de Ethan también son acusados por homicidio involuntario, pues a pesar de las señales de perturbación que mostraba la conducta de su hijo no hicieron nada por evitar que la tragedia ocurriera. Los profesores habían advertido que descubrieron en varias ocasiones a Ethan jugando juegos de video con demasiada violencia.
También descubrieron un animal torturado por el propio Ethan en las instalaciones de la escuela. Otro profesor descubrió a Ethan, un día antes de la matanza, buscando municiones para su arma desde su teléfono celular. A pesar de todas las señales que se reportaron a los padres, estos no hicieron nada, antes bien le compraron un arma. Señala la Fiscalía del condado de Oakland: “Los acusados no llevaron a cabo siquiera la acción más simple con la que se hubiera evitado la masacre.
Todo lo que tenían que hacer era decir en la escuela que recientemente compraron un arma para su hijo, preguntarle dónde estaba esa arma, abrir su mochila o simplemente llevarlo a casa”. Por supuesto, los padres se declaran inocentes, y esperan que el juez les reduzca la fianza para llevar su caso en libertad.
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