*Contratan empleados y les recortan 50% de sueldo
Carlos Jesús Rodríguez Rodríguez / NADIE LOS acusa de corruptos (aunque por sus acciones los conoceréis, según dicta Lucas 6.43-44). Y es que si bien en Veracruz no existen obras de relevancia que rustiquen el uso del presupuesto, la deuda pública del Estado se agiganta hasta convertirse en impagable (acaso por el ejército de empleados que contratan como “aviadores” a los que les descuentan el 50 por ciento de percepciones, y a los seis meses los despiden para dar paso a otros tantos, en un cuento de nunca acabar, pero que engrosa los bolsillos de los incorruptibles de la 4T). Basta una zambullida al comunicado de Mayo de este año del Observatorio de las Finanzas Públicas y Desarrollo Regional, para percatarnos que hasta ese momento la deuda pública de Veracruz registraba un monto total de 48 mil 358 millones de pesos, constituida por 42 mil 976 mdp de deuda bancaria directa, 3 mil 382 mdp de dos bonos cupón cero y un crédito recientemente aprobado (enero 2021) por el Congreso del Estado por un monto de 2 mil mdp, lo que representa un incremento de 2 mil 644 mdp comparada con el valor registrada en septiembre de 2018, cuando alcanzó un valor de 45 mil 714 mdp. Pero el incremento de la deuda pública persiste aún si se considera únicamente la deuda bancaria directa efectivamente contratada, es decir, si no se toma en cuenta el valor de los dos cupones cero y el monto aprobado en enero pasado. Sin esas dos cantidades el monto de la deuda es de 42 mil 976 millones, valor que es superior en 1.046 mdp si se compara con el de la deuda existente en septiembre de 2018.
Y UNO se pregunta: ¿en que está gastando el dinero el Gobierno de Cuitláhuac García Jiménez cuando en Veracruz no hay obra pública que justifique los recursos contratados? Porque, insistimos, salvo que sea en la inflada cuenta corriente destinada a empleados temporales que ni siquiera tienen que ir a laborar, y solo acuden a cobrar con una condición: dejar el 50 por ciento o más de los recursos percibidos a la dependencia que se los paga, algo que está perfectamente lavado (o justificado), aunque se trata de un acto deleznable en el que se usa y abusa de la necesidad de quienes tienen que ingresar recursos para el sostén de sus familias. Poseemos el testimonio de tres personas a las que las contrataron mediante ese sistema, pero nos comentan que son muchos más, y los contratos solo son por seis meses, y de eso está enterada la Secretaría de Finanzas y Planeación.
COMO FUERA, en Veracruz durante los últimos dos años se han contratado créditos por un monto total de 38 mil 721 millones de pesos, de los cuales 19 mil 437 mdp se contrataron en 2019 y otros 19 mil 284 mdp en 2020. El resto de la deuda por 7 mil 637 mdp de pesos se contrató en los años 2011 a 2015. La deuda contratada durante 2019 y 2020 está compuesta por un total de 17 créditos, cuatro contraídos en 2019; uno con Banobras y tres con BBVA. Y en 2020, trece créditos: tres Banorte, con Santander y con Banobras respectivamente y uno HSBC, Bansi, Banco del Bajío y BBVA, respectivamente. Se puede observar que el 89 por ciento del valor total de la deuda actual, esto es 41 mil 135 mdp se contrataron con el fin de llevar a cabo el refinanciamiento de las obligaciones financieras existentes al momento de la contratación: 4 por ciento del total, es decir, 1 mil 840 mdp se contrataron para cubrir insuficiencias de liquidez de carácter temporal y solo 7 por ciento, es decir, 3 mil 382 mdp tuvo como propósito realizar inversión pública.
LO QUE llama la atención es que no obstante el discurso de austeridad repúblicana, el Gobernador García Jiménez solicitará nuevo préstamo por 1 mil 800 millones, lo que indica a todas luces un desaseo financiero, o que el Estado sigue aportando su parte a la Federación para que el Presidente Andrés Manuel López Obrador continúe regalando el dinero que no es suyo, vías programas sociales, asegurando de esa manera el voto corporativo en el 2022 (cuando se renovarán Gubernaturas) y 2024, la Presidencia de la República y otros Gobiernos Estatales. Pero Cuitláhuac sigue presumiendo “ahorros” y “austeridad” en el manejo del presupuesto y del gasto público, muy a pesar que desde que llegó al gobierno del Estado se la ha pasado pidiendo créditos bancarios y endeudando aún más las finanzas públicas, lo que podría ser indicador, como ya se dijo de un presunto desaseo financiero.
COMO FUERA, el titular del Ejecutivo Estatal ha anunciado que su gobierno contratará un nuevo crédito financiero por 1 mil 800 millones de pesos para poder cerrar el año 2021 y cumplir con el pago de salarios y aguinaldos de la abultada burocracia. Como bien se recuerda, la larga cadena de créditos solicitados por la actual administración estatal inició en Diciembre de 2018 cuando a los pocos días de llegar al poder García pidió un crédito bancario por 2 mil 500 millones de pesos; luego, en diciembre de 2019 el monto que solicitó prestado fue por 2 mil 400 millones de pesos. En diciembre del 2020, pidió 1 mil 800 millones de pesos y para este diciembre de 2021 será también por un monto de 1 mil 800 millones de pesos, lo que deja en evidencia que algo no está marchando bien, ya que no hay manera de justificar el presupuesto cuitlahueco, puesto que no existen infraestructuras visibles, en tanto el mandatario y sus colaboradores comen en fondas pueblerinas, o eso aparentan en público para mandar un mensaje de falsa austeridad.
CON LOS préstamos solicitados que rebasan aquellos que pedían los gobiernos del PRI y PAN, queda de manifiesto que la tan exhibida austeridad republicana de la Cuatroté es solo un discurso hueco e insustancial. Además, el Gobierno de García Jiménez ha pedido otros tres créditos por 2 mil millones de pesos pagaderos a 20 años. Y es que de acuerdo con el Registro de la Secretaría de Hacienda, Cuitláhuac pidió tres créditos que no pagará en su periodo como Gobernador, pues deberán saldarse hasta el año 2041, con lo que dejará endeudado al Estado y a las futuras administraciones por más de 20 años. Dos de esas deudas fueron con Banobras por 500 millones cada una (mil millones en total), y el otro, con Banorte por mil millones de pesos. En la justificación del préstamo, el Gobierno de Veracruz señala que el recurso sería usado para inversión productiva en las regiones con mayor rezago (algo que no se ve por ninguna parte), pero hasta el momento no se ha explicado en qué obras o cuáles se han realizado, por lo que es muy posible que el dinero se haya ido al gasto corriente o para financiar las incontables fiestas y paseos turísticos de los funcionarios de la administración de García Jiménez. Por lo pronto, dice confiar en que presentarán propuestas ante los bancos: Banorte, BBVA, Santander, HSBC, y Bansi, entre otros, para ver quién es el que les presta el crédito. Vaya cachaza. OPINA [email protected]
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