Esta discordia que ha causado la anticipada sucesión presidencial ya marcó su raya, y de un lado están las “corcholatas” del presidente: Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Juan Ramón de la Fuente, Tatiana Clouthier, entre otros. Del otro lado están aquellos que no necesitan permiso del presidente para ser candidatos; en ese grupo sólo vemos, por el momento, a Ricardo Monreal. El líder de los senadores de Morena fue muy claro sobre sus ambiciones presidenciales: «Voy a estar en la boleta espero estar con Morena y con el presidente López Obrador […] soy un aspirante normal no un ambicioso vulgar, me he preparado para esto muchos años».
Entrevistado por Joaquín López-Dóriga, el exgobernador de Zacatecas se refirió a las menciones del presidente, menciones en las que no estuvo su nombre: «Yo no me ofendo, él tiene su criterio sus razones para expresar y dimensionar nombres que él considera con suficiente talento para sucederlo, pero creo que va a ser una etapa muy complicada esta de la sucesión anticipada, prefiero mantener las reglas clásicas no del tapadismo, pero sí de la espera de tiempos del reloj electoral para que no se generen rupturas al interior de Morena o en los demás partidos».
Esto es lo que ha conseguido el presiente con su jueguito de la sucesión, que se armen dos grupos, sus “corcholatas”, es decir sus incondicionales, y los que no necesitan su permiso para respirar.
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