Juan David Castilla Arcos / Actopan, Ver. Más de 2 millones de habitantes se quedarían sin agua por los proyectos de minería a cielo abierto que están vigentes en el estado de Veracruz.
Así lo dio a conocer Guillermo Rodríguez Curiel, integrante de La Asamblea Veracruzana de Iniciativas y Defensa Ambiental (Lavida), quien además sostuvo que los proyectos mineros son los causantes de la escasez de agua en la región de Actopan y Alto Lucero.
El ambientalista reveló que las cifras son alarmantes para la población, pues se estima que 350 mil hectáreas han sido concesionadas para la minería “tóxica” en todo el territorio veracruzano.
Detalló que el agua nace en las montañas y éstas han sido afectadas por dicha actividad. Además de que las minas utilizan grandes volúmenes de agua para su operación.
Ejemplificó el caso de la laguna El Farallón, misma que presentó una sequía casi total hace unos meses y ha comenzado a recuperarse por las lluvias.
«Ya lo vimos en la laguna de El Farallón, el agua que llega ahí es la que se decantan de estas montañas. Ahora nos quieren decir que ya no nos preocupemos, que ya se llenó la laguna, pero tiene 30 centímetros de agua. Las garzas caminan, la laguna tenía diez metros», expresó.
El activista destacó la importancia de que los pueblos se unan para impedir que los mineros, tanto extranjeros como mexicanos, acaben con la naturaleza.
«Yo las invito a todas y todos a que tenemos que unir nuestros corazones y nuestras voces para impedir que los mineros arrasen con el territorio sagrado».
Rodríguez Curiel recordó que las empresas pretenden extraer oro, plata y cobre en los municipios de Actopan y Alto Lucero.
Anteriormente, los minerales preciosos existían en vetas -en forma de láminas, escamas, hilos, dendritas y, en ocasiones, en cristales-, donde los humanos ingresaban con pico y pala para sacarlos.
Sin embargo, el oro y la plata ya no existe en vetas, solo se encuentra de manera fraccionada en el subsuelo, como pequeñas partículas.
Por ello, las mineras acaban con la vegetación, para “moler” el suelo y después llevarlo a unas grandes tinas, donde aplican cianuro al agua, para que los metales queden en el fondo.
«Se le llama doré a ese producto que lleva oro, lleva diferentes metales y ese doré se lo llevan fundamentalmente a Estados Unidos para separar los diferentes metales que se decantaron con el cianuro. Entonces, te destruyen tus montañas y te dejan el agua envenenada porque esa agua no sirve para consumo humano, no sirve para nada, es veneno», increpó el integrante de la Lavida.
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