Sergio González Levet / Pasado o a punto de pasar el torbellino de las elecciones más grandes de la historia de México, el tema se empieza a diluir en los medios y entre la masa lectora, cansados unos y la otra de tantos pleitos, pendencias e irregularidades que mancharon un proceso que debió ser el más limpio de la historia, porque iba a ser histórico debido al número elevado de puestos que estuvieron en disputa.
Se acabaron las campañas, los gastos excesivos, las amenazas y os atentados contra candidatos y dirigentes de partido, la compra de votos, el robo de urnas la toma de calles y edificios.
Después de eso nos quedaron el silencio, la tranquilidad, la paz ciudadana… y nuevas autoridades.
Poco a poco todos fuimos volviendo a nuestra anormal normalidad. Volvimos de nuevo a hablar en casa de los temas de antes, de los temas de siempre.
Empezó a regresar la concordia entre los sobrevivientes políticos… entre los sobrevivientes a secas.
Y, cosas de la naturaleza humana, comenzamos a buscar otros asuntos de los cuales hablar y discutir y pelear.
Acá en Veracruz está tomando preponderancia el tema de la sucesión en la Universidad Veracruzana.
Sí, aunque haya quien no lo quiera creer, dentro de 69 días Sarita Ladrón de Guevara entregará la rectoría, después de ocho lustrosos o deslustrados años, que para unos se fueron como un suspiro y para otros parecieron siglos.
Pero no hay tiempo que no se cumpla ni corrupción que no se sepa, y llegó el fin de la octena de la primera mujer que ocupó el más distinguido puesto educativo de Veracruz (que me perdone el Secretario de Educación, pero es una cuestión de cátedra y no de tarima).
Son nueve los miembros de la Junta de Gobierno de la máxima casa de estudios los que decidirán, de acuerdo con su conciencia y nada más, quién será la persona que tome las riendas de la querida UV, quien garantizará la gobernanza y defenderá la autonomía.
Y son 10 por lo pronto los aspirantes que han dicho esta boca es mía. Son nueve doctores y un maestro; son tres mujeres y siete hombres.
¿Qué necesita en este momento nuestra universidad?
Una persona con más brillo y empuje para que enfrente los retos tremendos que vienen en estos años; alguien que regrese el rumbo cultural que nos dio prestigio internacional; una persona que ejerza un liderazgo y una a los grupos ahora dispersos.
Da el tema para mucho, y lo iremos desfigurando a lo largo de las semanas en una serie especial, que se llamará “Sin tacto UV”.
Va a estar buena la cosa…
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