Lo que está haciendo el gobierno de Cuitláhuac García con la arbitraria detención de sus adversarios políticos, es demostrar que la administración de Morena en Veracruz es pésima, que los malos resultados son demasiado evidentes en los municipios que gobiernan y en el estado. El gobierno en turno ya se dio cuenta de que los veracruzanos se hartaron en muy poco tiempo de unos funcionarios tan ladrones como los anteriores, si no es que más. Son corruptos, nepotistas, deshonestos y ladrones; difícilmente alguna dependencia estatal se salvaría de estas acusaciones. Miles de veracruzanos están decepcionados, y piensan mostrar su enojo en las elecciones del 6 de junio de 2021.
Ante ese riesgo, el Gobierno del Estado, impotente, acorralado por los propios ciudadanos, no ve otra salida que quitarse de encima a la competencia. Rogelio Franco Castán, Gregorio Gómez y Nicolás Ruiz son la prueba de que este gobierno de Morena no espera a perder para arrebatar. La poca claridad de los delitos de que se les acusa; el apelar a “ultrajes a la autoridad” como una excusa para mantenerlos detenidos, y el hecho de ir por ellos, precisamente ellos, aspirantes a un cargo de elección popular, en los municipios o distritos donde seguramente ganarían.
Esto es Morena, y se espera que los ciudadanos se den cuenta de la tremenda represión que se está llevando a cabo por la tiranía de unos ineptos, de unos “lamecazuelas” que nunca debieron haber llegado a un puesto de poder; porque el poder los ha enloquecido.
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