Que las oficinas de la SEV ya son un motel; Zenyazen ya duerme en sus oficinas. ¿Qué encanto tienen Zen que el gobernador le permite estos y otros excesos?

Zenyazen Escobar García y Cuitláhuac García Jiménez FOTO: WEB
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Armando Ortiz / Es sumamente grave lo que está ocurriendo en la Secretaría de Educación de Veracruz. Y es que de acuerdo con información de los mismos trabajadores de la SEV nos informan que el secretario Zenyazen Escobar ya pernocta en sus oficinas, se baña y hasta recibe visitas en ese lugar. Señalan los mismos trabajadores, quienes conocen los excesos de los anteriores secretarios, que Zenyazen tuvo problemas con su cónyuge (quien dicen por ahí es de armas tomar y una persona bastante especialista) quien al parecer lo cachó en alguna “movida” y por eso lo mandó directo al rancho de López Obrador. Es por eso que al flamante secretario se le ha ocurrido que la SEV, que debiera ser la dependencia al servicio de los docentes veracruzanos, ahora lo ha convertido en un cuasi motel para poder bañarse y descansar. Los corifeos de Zenyazen dicen que en realidad el Master Zen está muy entregado al trabajo por Veracruz y por ello hasta duerme (cuando lo dejan) en su oficina. Por si lo anterior fuera poco, los empleados también comentan que hasta un cocinero privado contrató. ¿Y qué pasó con la austeridad en la 4T? Vaya sorpresa para los que pensamos que eso se había quedado en la época de Javidu. De verdad que no dejan de sorprendernos estos excesos. No cabe duda que en balde tantos terrenos, tantos Jeeps, tantos nuevos lujos para acabar durmiendo en la oficina; misma que está para servir correctamente a los veracruzanos, no para andar huyendo de los gritos y peleas en casa. Lo que más intriga a los veracruzanos es lo que dice el gobernador de todo esto. ¿Qué encanto tienen Zenyazen Escobar que el gobernador le permite estos y otros excesos?

La prima de una narcotraficante es elegida Fiscal del Estado de Veracruz; ¿a quién le sorprende? Los electores, todo esto, se lo cobrarán a Morena

Señala el burdo boletín de prensa de la propia Fiscalía que “Verónica Hernández Giadáns es licenciada en Derecho por la Facultad de Derecho de la Universidad Veracruzana. Su promedio de 9.82 durante su carrera y la tesis “Universidades y Tratado de Libre Comercio, el Nuevo Papel del Profesional del Derecho”, le valió que por unanimidad le otorgaran la Mención Honorífica al momento de presentar su examen profesional el 29 de septiembre de 1995”. Por supuesto, nadie pone en tela de juicio se diligencia en los estudios universitarios. Sin embargo, en Veracruz queda claro que Verónica Hernández Giadáns, como fiscal del estado de Veracruz, seguirá siendo la edecán de Éric Patrocinio Cisneros y de Cuitláhuac García. Por lo mismo, la procuración de Justicia en el estado de Veracruz se moverá, como ha sido en los últimos meses, a capricho de un grupo oscuro que pretende causar el mayor daño en el estado de Veracruz. Vale mencionar que los veracruzanos están tomando nota de todo lo que está pasando con el gobierno de Morena, y cercanas las elecciones de 2021, todo se lo cobrarán a un partido que dejó de serlo, para convertirse en una cofradía de delincuentes. Parafraseando la canción de Mercedes Sosa podemos decir, “cambia el clima con los años, cambia el pastor su rebaño y así como todo cambia que los electores cambien su voto, no es extraño”.

López Obrador dice que ya se domó la pandemia, pero los infectados siguen, los muertos caen y los doctores protestan

Una vez más el presidente dijo que la pandemia estaba domada, que ya superamos la peor parte. En su conferencia mañanera lo señaló enfáticamente: “Ya se domó la pandemia, ya se alejó el riesgo de una saturación en hospitales, que hubiera significado una pérdida de más vidas humanas y más dramatismo, eso afortunadamente ya se superó”. Esta declaración en los oídos de sus seguidores significará un relajamiento de las medidas de “Sana Distancia”; significará ver a más personas en la calle en un momento que los contagios siguen aumentando y las muertes por coronavirus siguen ocurriendo. A todo esto, hay que sumar que, en muchos hospitales, a estas alturas de la pandemia, siguen reportando un desabasto de insumos y equipo de protección. ¿Por qué la urgencia de señalar el fin de la pandemia? ¿Por qué la urgencia de lanzar a las personas a las calles sabiendo que en México el índice de letalidad es del 11 por ciento? ¿Por qué esa obcecación de pelearse con la realidad, sabiendo que la realidad siempre sale vencedora? Al final, en un destello de leve sensatez, el presidente señaló: “Desde luego tenemos que continuar con las medidas de sana distancia y vamos a la nueva normalidad que implica comportamientos distintos en nuestra convivencia tanto en lo familiar como en lo público”.

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