Salvador Muñoz / Tengo la certeza que nadie espera que la próxima semana, el nombre que esté en boca de las feministas, de los medios, en las redes, sea el de su hija, el de su esposa, el de su sobrina, de su amiga… y cuando digo “Nadie”, me refiero en particular a un padre, hermano, tío, primo… y sin embargo, cada este “Nadie” en algún hogar, o más bien, en alguna casa, es un potencial asesino de alguien que la próxima semana tendrá un nombre distinto al de Ingrid… o al de Fátima…
Este “Nadie” es de cierto modo, un “Depredador Social” hecho por miles leyendas que van desde la “educación” en casa, sea por un progenitor machista o una madre machista; también está la pérdida de valores en nuestra familia, en nuestra sociedad; aunque la más tétrica versión de estos “Nadies” es “la consecuencia del modelo económico neoliberal” expresada recientemente por el Presidente López.
Haga memoria si tiene más de 50 años… remóntese a su niñez, a su juventud… recuerde la “permisividad social” que había cuando un hombre mataba a una mujer… “algo ha de haber hecho” era la forma en que se excusaba el comportamiento de un asesino; aún peor, cuántos se escudaron en una Ley ¿machista? ¿misógina? ¿patriarcal? donde “la defensa del honor” se convertía en una licencia para matar a la infiel, porque ése era el castigo para una mujer… pero las mujeres no tenían honor si el marido le era “Ojo alegre”, que no infiel…
Se quiera o no, de ese machismo de antaño, es probable que haya reminiscencias en el subconsciente de muchos varones que siguen haciendo del sexo femenino algo, un objeto, una cosa que se puede tomar bajo un principio simple: “porque puedo”.
Y “porque puedo” acoso, acecho, hostigo, insulto, vejo, violo, mato…
Hay en este “depredador social” una idea de poder sobre la mujer, a la que se puede someter de varias formas, en especial la económica y psicológica, pero si es por la fuerza, hay en él como una reivindicación de ese “poder”.
Este comportamiento socio-criminal del hombre a la mujer no tiene condición social porque lo mismo agrede el analfabeta que el profesional; el rico que el pobre; el artista que el político…
Y si cree que esto es horrible, deje que le cuente una teoría: Al “Porque puedo” déle impunidad. Imagine a un grupo de personas que de la nada, a través de la violencia, asaltos, atracos, levantones, secuestros, extorsiones, complicidad con autoridades, gobiernos, generan una nueva forma de “Poder”. El depredador ya no sólo está en casa; el depredador de la calle ya no sólo ofende con sus “piropos” o su osadía de “manosear” a su víctima; el depredador ya no sólo aparece en su lugar de trabajo… este nuevo depredador de la Delincuencia Organizada ve a la joven, a la mujer, a la señora y con la licencia que le permite la impunidad, las “levanta”… las veja… las mata… “porque puedo”.
Es triste saber que hoy, la condición de ser mujer se vuelve un peligro en México… han de disculpar los defensores de los derechos humanos, pero cuando se habla de endurecer las leyes para un feminicida, me da vueltas en la cabeza la pena capital, y lo dice un hombre que tiene hijos, sobrinos, tíos, amigos, pero que imbuidos en una “cultura” donde es evidente que no podemos ver con amor y respeto a una niña, a una adolescente, a una mujer, todos, incluido yo, somos potenciales “Nadie” capaz de la próxima semana, darle a las feministas, a los medios, a las redes, un nombre diferente al de Ingrid, al de Fátima, para clamar justicia…
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