La podredumbre de los Legionarios de Cristo en México nuevamente sale a la superficie como estiércol entre las aguas negras de la corrupción e impunidad. Hace algunos años atrás, la Iglesia católica se cimbró cuando salieron a la luz las bajezas que cometía Marcial Maciel Degollado, jerarca de esta Orden Eclesiástica. Lo peor de ello es que durante años, este sucio personaje abusó de menores de edad con vergonzosa impunidad. Se sabía de su cercanía con Juan Pablo II y de las grandes sumas de dinero que enviaba al Vaticano. Este religioso finalmente murió cubierto con el manto de la impunidad.
Hoy, cuando se suponía que el renegrido recuerdo de Marcial Maciel se había borrado. Surge el testimonio de Biani López Antúnez, exalumna del colegio Cumbres en la ciudad de Cancún regido por los Legionarios de Cristo; esta mujer escribió un claro documento incriminador contra el sacerdote Fernando Martínez, que no había sido divulgado hasta ahora. En este documento incriminatorio, la víctima detalla que todo empezó a descubrirse en el baño de niñas de una escuela de Cancún en 1993, cuando cuatro o cinco alumnas de primaria cuchicheaban en secreto con caras llorosas.
«Beatriz Sánchez, entonces maestra de inglés del colegio Cumbres, regido por los Legionarios de Cristo, se dio cuenta de que algo pasaba cuando una de las mayores entraba y salía del baño. Cuando me acerqué me dijo: miss, cada vez el padre se lo está haciendo más fuerte a las más pequeñitas y ya no queremos que pase eso con ellas, por favor ayúdenos». Por consejo de esta maestra de inglés es que Biani López-Antúnez finalmente describe la triste situación que vivió con el sacerdote Fernando Martínez. Tenga por seguro que esta revelación, nuevamente pondrá en el ojo del huracán a esta orden religiosa, dependiente de la Iglesia Católica.
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