El asesinato del general Qassem Soleimani por parte del gobierno de los Estados Unidos no originará una Tercera Guerra Mundial como algunos agoreros vaticinaban. Sin embargo, de que habrá consecuencias, las habrá. Ya se han reportado algunos ataques terroristas en contra de sedes americanas en el extranjero. Por ejemplo el grupo yihadista Al Shabab ya atacó en la madrugada del domingo una base militar de los Estados Unidos en Kenia.
Pero no sólo los ataques en contra de estas bases se esperan, un periodista de la NBC reportó que «en la procesión fúnebre de Solemani en Mashad, uno de los organizadores pidió a todos los iraníes que donaran un dólar cada uno para reunir una recompensa de 80 millones de dólares por la cabeza del presidente Trump».
Otros también planean represalias, como el diputado iraní Abolfazl Abutorabi, quien amenazó con lanzar un ataque directo a la Casa Blanca: «Podemos atacar a la Casa Blanca en sí, podemos responder a ellos en suelo estadounidense. Tenemos el poder y, si Dios quiere, responderemos en el momento apropiado». Esto apenas empieza, y si Trump no tuvo buenas razones para asesinar al general Soleimani, eso le podría costar su reelección.
Comentarios