Ahora resulta que la contralora sí va a iniciar una investigación minuciosa, no como la vez anterior, en la que sólo revisó los apellidos de dos credenciales de elector. Ahora sí, con las actas de nacimiento en las manos se va a dedicar a descubrir si las actas son verdaderas o falsas. Queremos decirle que, si quiere actas reales y verificadas, no copias, sino originales, esas las tenemos en Libertad bajo Palabra; hasta le podríamos decir el método que usamos para obtener esos documentos públicos.
Sólo faltaría que la contralora dijera que las actas son falsas y que por lo mismo Cuitláhuac García y Eleazar Guerrero no son primos. En la primera investigación fallida, Leslie Garibo se llenó la boca citando a López Obrador: «No mentir, no robar, no traicionar». La contralora Garibo falló al menos en dos de estas premisas: Mintió y traicionó.
Mintió al asegurar categóricamente que no había consanguineidad; traicionó al pueblo de Veracruz al ponerse del lado de su patrón. Ahora sale a decir que teniendo las actas en las manos volverá a investigar. «Nada por encima de la ley», señaló. Pero quien miente una vez, miente dos veces, y la señora Leslie Garibo estaría dispuesta a encubrir nuevamente a su jefe. Su presunta investigación sólo sería para taparle el ojo al macho.
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