No cabe duda de que México, desde hace mucho, dejo de ser un referente en seguridad, educación y salud. En este último rubro, el expresidente López Obrador insistía hasta el cansancio que nuestro país tendría mejor sistema de salud que Dinamarca. Desde luego, muchos corifeos y miembros de su gabinete celebraban con bombo y platillo semejante ocurrencia. En el cumulo de su desfachatez el tabasqueño se atrevió a construir una mega farmacia que no sirvió para nada, ahí 15 mil millones se fueron a la basura.
Lo cierto es que la falta de medicamentos sigue siendo el talón de Aquiles de los gobiernos de Morena. Hoy, el problema se ha acrecentado y millones de mexicanos afiliados al IMSS y al ISSSTE siguen padeciendo penurias para conseguir medicamentos, sobre todo, aquellos que requieren medicamentos para el cáncer.
Sin embargo, para la presidenta Sheinbaum, la solución a la escases de medicamentos, es poner farmacias ambulantes para que los usuarios lleven su receta que previamente les otorgó un medico que los visitó en sus domicilios. De verdad que se requiere mucho optimismo o falta de sentido común, para creer que, con esa ocurrencia, el grave desabasto de medicamentos será solucionado. Ni hablar, salimos de Guatemala para entrar a Guatepeor.