Este operativo, que involucra a unos 250 agentes federales, forma parte de una serie de acciones impulsadas por la administración de Donald Trump para reforzar la aplicación de leyes migratorias en áreas urbanas con cooperación limitada de autoridades locales, replicando redadas recientes en ciudades como Los Ángeles, Chicago y Charlotte (Carolina del Norte). El gobernador republicano de Luisiana, Jeff Landry, aliado de Trump, ha expresado su apoyo total, criticando las políticas de santuario por “poner en peligro a las comunidades al liberar a extranjeros criminales ilegales”.
Nueva Orleans, clasificada como ciudad santuario y con un historial de no colaboración con ICE debido a supervisiones judiciales federales en su sistema carcelario, ha visto protestas previas desde el 1 de diciembre, con la comunidad latina en alerta por la llegada del agente jefe Gregory Bovino, conocido por operaciones agresivas en mandatos anteriores de Trump. El operativo se espera que dure varios meses y se extienda a partes de Mississippi, priorizando la remoción de amenazas a la seguridad pública.

